Varita

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Angel arrugo la cara, es que Gabriel parecía tener mucho interés en la descripción de la nueva pareja de su papá, el rubio le dió todo los detalles que quizo.

- espera - le dijo el pelirrojo corriendo para revolver una gavetas - la guarde para mostrasela a mis hijos y que supieran a quien atacar pero...

Su hermano menor volvió con una foto vieja pero que se podía ver perfectamente.

- ¿este es? - le preguntó con los ojos abiertos, tenía en la mano una foto de Dante, me alegraba que Angel fuera tan estoico, su cara no hizo ningún movimiento, como una estatua de mármol, adoro a mi hombre de hielo, claro que lo reconocía pero era listo y primero debía saber quien era el de la foto.

- ¿y ese quien es? - preguntó mirando la foto y simulando falta de interés.

- es Dante, es Batista, el tipo que me sedujo y por él que casi me matan, incluso lo intento  - le dijo Gabriel con rencor en las voz, el primer amor nunca se olvida y la herida que causa al no ser correspondido más, entendía que no lo quisiera, tal vez lo odiaria menos si supiera que no era la avispa en ese encuentro pero eso jamás lo confesaría.

- no, no es, el sujeto se llama Paolo Vilichi, no se parecen en nada - dijo sin mostrar ningún asombro.

- ¿qué? Tiene mucho de la descripción que me diste...

- no se parecen, no tienen los ojos del mismo tono, ni la misma estatura, son dos personas diferentes - le aclaró - creí que ese hombre estaba muerto

- lo se, solo tuve una corazonada - después de tranquilizarlo, me llamó por teléfono

- "¡¿qué rayos te pasa?!" - fue el reclamo que me hizo

- "que tal un, ¿cómo estás papá?" - le dije estando en el supermercado comprándole antojos a Dante, solo quería pasársela comiendo dulces, eso era nuevo, no acostumbraba a comida chatarra, pero se puso consentido en estos últimos meses, Angel se puso histérico, la reacción que no tuvo con Gabriel lo tuvo conmigo.

- "¿no le dijiste quién era verdad?" - estaba espantado de que estuviera en peligro Dante y mis hijos, me alegraba que no estuviera en casa, se que la primera reacción de Dante sería matar a Ángel por saber demasiado, voy a mudarme y a desaparecer, la avispa tenía razón, es peligroso.

- "claro que no, pero en qué estabas pensando cuando te metiste con un ex de tu hijo y menos después de lo que este hizo" - es normal que este así, le expliqué resumida la historia que le dije a Diego omitiendo partes que comprometieran a la avispa, disculpe a Dante por lo de intentar matar a Gabriel, lo justo es que supiera que él no fue, aunque eso no lo disculpa de lo demás, pero ahora no importa, va a tener mis bebés, debo cuidarlo, aún así nos cambiamos de lugar, tenía que proteger a los pequeños.

         
    
                    VARIOS MESES ATRÁS

Sabía que él estaba molesto, pero no podía resistirme, ese ángel era uno femenino, hermoso, decía que quería probar como era estar con un humano, cuando de híbrida tenía las forma de una mujer rubia y voluptuosa, quería estar con un ángel y ella trajo un amigo, por eso quería llevar a Dante, para que fuera una compañía para él.

- ¡y encima haces una cita doble! - estaba furioso y sus ojos chispeaban, me gustaban, un sentimiento que creía ya no tenía se había vuelto a despertar, por alguna razón sentía que había algo diferente en la forma en que me miraba, pero ahora estaba enfocado en ese ángel y sus curvas.

- por favor, solo por un momento, solo por hoy - lo entre forzandolo un poco y nos sentamos los cuatro en una mesa, el otro ángel era un tipo alto, de cabello oscuro amarrado con una larga trenza que se enrollaba en su cintura, era un hombre bello con ojos tornasol, pero no era mi tipo, irradiaba un aura muy pesada, mi acompañante también pero esto era diferente, tenía ojos de predador, no estaba interesado en Dante claro, conocía a este tipo de seres, su presa de seguro eran jovencitos vírgenes o quizás más jóvenes, supongo que como yo, la avispa de seguro no era alguien que le llamara la atención a mi tampoco me la llamaría, lo bueno de mi amigo era que invocaba su encanto a voluntad, ahora solo era un hombre del montón y hacía todo lo posible por ser monótono, pero había algo en la manera que miraba al ángel, como si lo hubiera visto antes y no hubiera sido agradable el encuentro, aunque el ser no parecía corresponder era como si jamás lo hubiera visto, eso me intereso.

Detrás de tu rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora