Detrás de tu rostro

Estado Jinas

Me di cuenta de inmediato cuando dejó la cama, solo creí que iba al baño, estaba embarazado así que lo hace a menudo, pero esta ves es diferente, sale de la casa, se ve traslúcido como un fantasma, lo veo empezar a flotar.

- Dante, ¿a dónde se supone que vas? - ahora que está en estado no pierdo ningún movimiento que hace.

- tengo cosas que resolver - me corta haciendo el intento de elevarse más, pero lo fuerzo a qué baje - Akira tengo cosas que hacer - parece irritado.

- yo voy contigo - tenía en la cara escrito que no iba a cambiar de opinión.

- bien - me tomo de la mano y hay estaba esa sensación de ligereza, fue raro flotar sin gastar ni hacer toda esa fuerza para levitar, pude ver la ciudad desde arriba, pasamos a través de un edificio grande, se sintió como se debe sentir pasar por una nube.

- ¿esto es algún conjuro? Ya sabes que parezcamos espíritus - pregunto.

- es un estado elevado, se llama "estado jinas" para ponertela más fácil es hacer que tu cuerpo físico tome las características de un espíritu, hacer que tu forma corpórea cambie de plano, se puede lograr con mucho esfuerzo que es mi caso después de ensayarlo durante mucho tiempo, o por pacto con alguna entidad, si lo haces por ti mismo como yo, requieres mucha práctica y concentración o podría ser muy peligroso.

- ¿por qué?

- ¿como que por qué? Recuerda que no te estás desdoblando, no tienes tu cuerpo seguro en la cama, este que estás flotando en tu cuerpo, si sales de este estado puedes caer desde una altura muy alta o quedarte atrapado entre el concreto de una edificación.

- ¡¿si es peligroso por qué lo haces?! - me estoy exsaltando.

- te aconsejo que no me sueltes de la mano o caerás con la cara al pavimento, y yo se lo que hago.

No hable más, no quería causar ni la más mínima posibilidad de que se cayera, llegamos una especie de caverna en mitad de un bosque, cuando pusimos los pies en el suelo volví hacer sólido.

- ¿que se supone vas hacer aquí?

- hay alguien que quiere hacer un trato conmigo, es un caído, el problema es que hasta ahora no ha tenido nada que ofrecerme, aprovecho cada oportunidad para practicar mi jinas, pero esto es una perdida tiempo, puso a dos demonios no muy listos a buscar que podría interesarme.

- ¿y lo encontraron? - pregunto dándome cosa estar en medio de la nada aunque supiera que no podrían hacerme nada.

- no, pero no es bueno hacerles un desaire, tienen a mi madre, esta en el infierno y creen que la promesa de liberarla es importante para mí - no sabía que pensar respecto a eso, ¿si iba aguantar Dante ver a su madre sufriendo y no hacer nada?

- mejor retrasa esto hasta que nascan nuestros hijos - le aconsejo - no quiero que te alteres.

- no digas tonterías, mi pulso es de acero, entremos - ambos caminamos dentro de la cueva, están oscuro que no veo nada, así que miro con los ojos del anillo.

Poco a poco el olor se fue poniendo más intenso, olor a huevos podridos, era azufre, así que es enserio que el infierno huela así, un resplandor rojizo empezó hacerce presente al fondo y de el emergieron dos figuras, era dos seres deformados, me recordaron a los tipos que cuidaban a Caliope, uno era de un color amarillo, era delgado y con unas enormes orejas de murciélago, su barbilla era larga y afilada, el otro era bajo y rechoncho de un color tierra.

- ¿bien? - pregunto la avispa, estaba estoico pero ví que quería terminar rápido con esto, le mencionaron que tenían a su madre, y que se la darían a cambio de ciertos beneficios - no me interesa, díganle que necesita de algo mucho mejor - se iba a dar media vuelta pero los demonios le pidieron que esperara.