Llegue a la casa y le di de comer a Erika que maullo apenas me vio, debía estar hambrienta, le puse unas sobras de pollo que había guardado, le puse agua en un platito de plástico, tenía que buscarle quien la adoptara, ¡carajo! Si veían a este animal aquí iba a tener mas problemas, me dormí temprano como nunca, cepille al gato ya que no tenía nada que hacer, desperté por unos toquidos, Erika salió corriendo a la terraza en cuanto abrir la puerta, fue una grata sorpresa al ver Hayate, lo abraze se que eso lo sorprendió y a mi también.
- lo siento, es que he estado un poco... hastiado - le dije dejándolo entrar
- veo que tienes una mascota - me dice ya que yo nunca tuve especial afinidad con los animales.
- es de... una amiga, ¿no te interesaría llevártela? - le digo para deshacerme de ella
- ¿al templo? No, mañana me tengo que ir de nuevo, además tu sabes que ya hay muchos animales a allí - me dice viendo como la gata entra corriendo y se sienta en uno de los muebles a dormir, no le costo mucho acomodarse al hecho de que yo la cuidara, así eran los gatos, ingratos.
- hoy en la noche debo arreglar algunas cosas y mañana temprano me voy, pensé que no iba a tener tiempo pero ahora estoy desocupado, ¿ya desayunaste? - me pregunta y yo niego con la cabeza, me invita y me lleva a uno que parece un barrio japones
- hay Hayate, como eres de nacionalista, viniste de Japón para seguir en Japón, pues - le digo terminando de comer en un pequeño local.
- sabes que si fuera por mi no saldría del templo - la cuenta la trajo una mujer que me dejo pasmado, ¡era igual a Yukari!, me quede boquiabierto, era una Yukari, más joven, sin maltratar, la japonesa era hermosa como lo debió ser Yukari si el mundo no la hubiera golpeado tanto.
- ¿como te llamas? - le pregunté tomándola de la mano, ella se sonroja y ríe bajito, tiene como unos veinte y unos hermosos ojos negros.
- Mei Shirama - me dice llevándole la cuenta a otra mesa, Hayate me miro entrecerrando los ojos, él supo antes que yo, ella solo se parecía físicamente a Yukari, pero se comportaba diferente, le coqueteaba a todos los clientes, pero yo estaba sobrecogido por el parecido, sabía que no seria la última vez que la buscara, tenía que resolver lo de Glenda, hablé un rato con Hayate y después se fue, si fuera por mi de devolvería al templo también, pero ya no podía ir, por lo menos no por ahora, mas de una vez me había investigado algún crimen en las mafias, esto sería igual, tendría que recordar la última vez que la vi, en aquella cafetería, así que tenia interés de ir allí, eran mas de la 6:00 pm cuando me dirigí, en el camino un carro me paró, era Bray.
- hoy tengo la noche libre, ¿quieres salir? - yo siempre quiero salir especialmente por que el muchacho siempre paga.
- primero quisiera comer - le digo no teniendo mucha hambre pero no queriendo dejar para mañana averiguar.
- pedimos algo por allí - me dice
- hay una cafetería a la que me gusta ir - le digo, al principio no quiere, el solo me lleva a antros oscuros, es que aún esta en el closet, le dije que nos podíamos sentar en lugares separados, él se queda estacionando el carro y aprovechó para preguntarle a Annabel una de las meseras que más nos atendía ya que siempre hacía que hacía que Glenda le dejara buenas propinas.
- hola linda - la saludo y ella me sonríe coqueta, era bonita.
- hola señor Akira, tiempo sin verlo, ¿y la señora Glenda? - me pregunta
- ¿te acuerdas de la última vez que estuvimos aquí? - le pregunte
- antes de seguir, la policía estuvo preguntando por usted y que relación tenía con ella, ¿fue que le paso algo? - me preguntó
- es que desde el día en que estuvimos aquí, te acuerdas la ultima vez que vine - ella sintió - Glenda no aparece
- ¿sera que le paso algo?
- pues no se, ¿pero tu que le dijiste? - le pregunte coqueteandole un poco, Annabel se responde sonriendome
- la verdad, que debes en cuando ustedes se saludaban pero nada mas - me dijo antes de irse atender otra mesa haciéndome una seña de que ya volvía, solo esperaba que Bray no entrara, la mesera volvió.
- además que con usted no fue el ultimo que la vimos - me dijo antes que la llamara el jefe, era verdad, y justo ahí en una mesa al fondo, con la misma pinta de tonto de siempre, aunque en mi experiencia no se podía uno fijar en las apariencias bien podía ser un asesino en serie eso sería un problema ya que mientras el parecia inofensivo y hasta frágil yo parecía un acólito del infierno solo bastaba con que averiguaran mi pasado, aunque se veía algo enclenque, yo ya sabía que podría saber mucho de alguien solo analizándolo, sabía como hacerlo sin que se dieran cuenta además no me estaba mirando, se encontraba examinando unos papeles, mire su ropa y zapatos, y lo que note despertó mi curiosidad, mi tía se gastaba casi todo en ropa y cosas finas, así que podía distinguir algo costoso cuando lo veía, esos zapatos eran carisimos, después mire su camisa, pantalones y chaqueta, eran de telas finas, aunque no se le notaba por la horrible moda, era raro que alguien que no parecía preocuparse por su apariencia fuera tan cuidadoso en las telas y zapatos que usaba, además apostaría una mano a que la otra ropa era también de esa tela.
- ¿que? ¿te gusta ese tipo? Por que, que malos gustos - me dice Bray sentándose a mi lado pero era evidente que no lo creía, él sabía que yo no me vendía con hombres, que solo eran chicas así que si me veía con otro tipo era por que quería, eso era otra cosa que me empezaba a molestar, Bray se estaba poniendo posesivo, dudaba que algún día yo quisiera tener algo serio con alguien, la idea de encargarme de otro ser humano no estaba en mis planes.
- que me voy andar interesando en una cosa de esas - le digo poniendo atención a mi plato, tendré que volver cuando no este este, terminamos y aprovecho que va para el baño, vuelvo a detallar al desconocido, me doy cuenta de que su fealdad es algo raro, es como en esas películas en que el protagonista o la protagonista son modelos pero que se ven mal por que le ponen un montón de cosas y en cuanto se las quitan deslumbran en el baile, lo decía por que él tenía el rostro simétrico, su perfil no estaba mal, tenía buenos pómulos, la expresión que ponía y esas gafas lo afeaban, o era muy idiota para usar esas cosas o estaba disfrazado, eso ya era muy sospechoso, Bray llegó y nos pasamos la noche en una discoteca, fuimos a un callejón y tuvimos sexo, al regresar a mi casa Erika me maullo, parecía molesta, debía tener hambre, olvide dejarle comida y agua, había orinado en el piso como protesta, limpié y le puse las sobras que traje de la comida en su plato, ella se abalanza como un chacal hambriento, le pongo agua y me tire a dormir de nuevo hasta casi medio día.
Unos lengüetazos rasposos en mi cara me despertaron, era Erika.
- no eres perro, quitate - le digo queriendo dormir mas pero ella maulla con fuerza, me despierto y le abro la puerta para que salga hacer sus porquerías.
Voy a la cafetería esta de turno Annabel, siento que me siguen, es Erika, la cargo y le encierro en el apartamento, no me pueden ver con ella, era la mascota de Glenda, recordaba que esa mujer idolatraba a ese animal tenía como mil fotos de la gata.
El lugar estaba un poco vacío, Annabel se encontraba limpiando una mesa, ya que no había mucho que hacer.
- hola linda - le sonrió coqueto a la mesera
- que mas, ¿y ese milagro? - me pregunta suspendiéndo lo que hace.
- ¿te acuerdas la conversación que tuvimos ayer?
- si
- mira estoy un poco preocupado, desde ese día no aparece, ya sabes Glenda, ¿recuerdas el tipo que se fue con ella?
- como no me voy acordar de ese bobo, siempre se la pasa tratando de invitarme a salir, por ahí me dio una tarjeta, creo que es psicólogo, pero ni en sueños - me dije volviendo a limpiar
- ¿y tu tienes esa tarjeta?
- creo que estará refundida en algún rincón de mi casa, tal vez me puedas ayudar a buscarla - ya se lo que quiere, así que quedamos en que iría a cenar con ella en la noche.
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Detrás de tu rostro
ParanormalAkira Ayamo esta establecido en Inglaterra, ve pasar su vida inmortal aburrido hasta que conoce a un hombre que fisicamente es insignificante pero que oculta un secreto y una personalidad muy distinta. "Todo hombre es como la Luna: con una cara oscu...