Ilusiones

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Podía ver a Dante hablando con ese maldito, estaban sentados en la arena, ambos reían, el tal Venitio le sonreía de manera lóbuna, y así no quedo la cosa, una vez nos fuimos, yo iba de un humor de los mil demonios y si a mi me veía solo como amigo, ¿como una especie de mascota? Si le abria las piernas a ese imbécil me moría, en los siguientes días se la paso visitandonos, una tarde salí a comer algo grasoso, es que la avispa era muy selectivo con la comida pero al llegar de nuevo al apartamento...

- ¿los encontraste cogiendo? - me preguntó Diego

- no, lo hubiera matado

Estaban hablando y bebiendo una cerveza

- hola amigo - me dijo con una sonrisa victoriosa de quien no se va a rendir hasta tener lo que quiere

- ¿quieres una? - me preguntó Dante inocentemente

- no, me duele la cabeza - le digo de mal genio, puedo ver ese brillo en los ojos de Dante, como si quisiera lanzarse sobre ese tipo, me reventaba, ¿era en serio? Yo lo amaba, y a mi no me dejaba hablarle al oído como lo estaba haciendo ese idiota, y él solo se lo quería coger, por que solo eso deseaba, podía verlo en su cara de galán barato.

Me fui acostarme y los escuche riendo, se estaban divirtiendo, eso era bueno, si se callaban y empezaba a oír jadeos iba a entrar y a tirarlo por la ventana, me levante y saque una botella de licor debajo de la cama lo bebí con presteza, ¿por que Dante me hacía eso? ¿me tenía comiendo de la mano y ahora coqueteaba con ese tipo? Sabía que lo escuchaba, sus risas, sus frases de doble sentido, me pasaba a cada rato lo que podían hacer si no estaba con ellos, me estaba matando de celos y frustración.

Sentí que abrieron la puerta, no podía dejar que se fuera con él quien sabe a que lugar así que me quede en la puerta del corredor mirándolos Dante lo observaba mientras se despedían con un brillo intenso en los ojos, a mi nunca me miro de ese modo, al final solo de despidieron con un beso que parecía demasiado cerca de la boca, "mio" gritaba mi cabeza.

- no recuerdo que hubieras estado tan descontrolado por mi - me dice Diego con un dejo de reclamo

- claro que si, hasta te conjure con mi anillo para que nadie te tocara, ni siquiera sabia que iba a regresar cuando me fui tenía idea de no venir mas, sin embargo no quería que nadie te tocara, pero la situación se había convertirdo para mi en una obsesión, Dante se había metido en mi cabeza no lo amaba de una manera sana, creo que era un juego mental de él para tenerme dominado y de paso ocupar el poder del anillo, me hacía hacer cosas por él

- ¿tu amistad con él era falsa? - me pregunta con suspicacia.

- creo que si había afecto, pero esa es su manera de querer, lo se por como trataba a Altaïr pero se que lo cuidaba y lo amaba, te dire lo que era, era un egocentrico, manipulador y era en parte por que no era humano, había que saber que había un ser mucho mas viejo que la tierra viviendo dentro...

- esta bien, entiendo, es como ese japonés insoportable que crió Hayate - me dice Diego hablando de Hiraku hasta ahora nadie sabía que era mi nieto, nadie salvo Ángel.

Volviendo a la historia, lo pude ver cuando cerró la puerta y me encaró.

- estas ebrio - dijo lo obvio mirando como me tambaleaba.

- te bailan los ojos con ese idiota, ¿verdad? - le reclamo

- ¿de que hablas?

- nunca me viste de esa manera - le reclamo acercándome.

- vas a dar gracias que no te mire de esa manera, hablamos mañana cuando este consciente - le dijo tratando de irse pero yo lo tome con fuerza y lo pegue a mi.

Detrás de tu rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora