𝟯𝟬| 𝗘𝗦𝗧𝗢 𝗘𝗦 𝗟𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗦𝗢𝗬.

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Entré en la habitación con paso lento y pesado, mi rostro enrojecido reflejaba la ira que ardía en mi interior. Me dolía todo el cuerpo tras el intenso encuentro con Morant, y a causa de esto sentía el calor de la sangre corriendo por mis nudillos adoloridos, recordándome el poder de cada golpe que le había devuelto.

Mientras mi vista se desdibujaba por el velo de mi enojo mi mente se abrumaba con miles de sentimientos, en especial por la sensación de traición que se agolpaba en mi pecho cada vez que recordaba el nombre de Narcissa.

La rabia se intensificaba con cada latido de mi corazón, pero era algo horrible, una mezcla de furia, decepción y frustración que se apoderaba de mi alma.

─¡Stephen, detente! ─oía la voz de Cissy a la distancia mientras yo tomaba todas sus cosas y empezaba a meterlas lo más rápido que podía dentro de su equipaje. 

Me temblaban las manos ligeramente, y aunque intentaba respirar para calmar mi furia desbordante se me hacía casi imposible, no podía luchar contra el ardor que me quemaba por dentro y parecía estar a punto de consumirme por completo.

─¡No puedo creer lo que hizo ese imbécil! ─grité sin detener mis agitadas manos─. ¡¿Qué te pasó por la cabeza cuando decidiste empezar a salir con alguien como él?!

─¡Steph, por favor cálmate!

─¡¿Y si me hubiera roto un hueso?! ─me giré hacia ella con furia─. ¡¿Acaso no te das cuenta de lo que está en juego?!

─¡Lo sé, pero es que Jamel tiene problemas de ira, lo lamento!

─¡Es un animal, no puedes arriesgar tú vida ni la de mi hijo por estar con alguien como él!

─¡Por favor, tranquilízate!

─¡Vas a dejarlo, Narcissa, y lo dejarás ahora mismo!

Su respiración estaba agitada, era claro que estaba asustada.

─No vas a decidir por mi. ─musitó apretando los puños mientras me veía fijamente.

Apreté la mandíbula y sentí una punzada en el pecho al escucharla decir eso.

─Pues yo ya tomé la mía, te llevaré al aeropuerto y tomarás el primer vuelo que salga con destino a Boston, y eso es todo.

─Estás loco, no puedes llevarme de un lado a otro como si fuera un maldito perro.

─Pues sí puedo, y lo voy a hacer.

─¿O si no qué? ─cruzó los brazos y dio un paso en mi dirección.

La tensión en la habitación era palpable.

─Presentaré cargos en contra de tu novio. ─solté sin titubear. 

De inmediato, la habitación se llenó de un silencio abrumador.

─No puedes hacer eso. ─respondió viéndome con seriedad.

─Sí puedo, y lo voy a hacer porque se lo merece después de lo que me hizo.

─No sabes lo que estás diciendo, si lo haces acabarás con su carrera, Jamel tiene un futuro brillante, aún es joven, si se te ocurre presentar cargos en su contra mandarás todo el esfuerzo que ha hecho durante estos últimos años a la basura.

─¿Y qué me dices de nuestro futuro? ─apreté el puño y lo golpeé contra mi pecho─. ¡¿Qué hay del futuro de nuestro hijo?!

Ella inspiró profundo, se acomodó las manos en la cintura y se dio media vuelta mientras negaba rápidamente con la cabeza.

NO ES TUYO, ES NUESTRO © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora