─Eres una... sinvergüenza. ─gruñó apuntando a la pantalla.
Inspiré profundo y cerré los ojos con una sonrisa en los labios.
─En realidad... soy mucho peor que eso, mamá. ─dije viéndola con ojos amables─. Incluso soy una maldita sadomasoquista, y no imaginas lo mucho que disfruto cuando me ahocan durante el sexo, o cuando me escupen la boca, o me aprietan las tetas y...
─¡Cierra la boca, por el amor de Dios! ─chilló horrorizada─. ¡Eres una sucia indecente!
Y entonces decidí quedarme en silencio mientras la veía perder la cabeza.
─¡Te tiraste a ese... bastardo sin padres! ─se detuvo─. ¡Al hijo de la zorra de tu tía que no ha hecho más que traerle problemas a esta familia!
─¡Te prohíbo que le digas bastardo a Ja! ─salté perdiendo la cabeza.
─¡¿Y qué?! ─sonrió como demente─. ¡¿Crees que eso cambia algo y mágicamente te da derecho a hacer lo que te dé la gana?!
─¡Pero...
─¡Pues te equivocas porque no tienes derecho de arruinar tu vida ni la de mi nieto, Narcissa! ─ladró colorada como una fresa madura─. ¡No tienes derecho a manchar el nombre de esta familia, así que te exijo que regreses a Estados Unidos con Stephen!
─¡¿Qué tiene que ver él en todo esto?!
─¡Tiene todo que ver, porque él es el padre de tus hijos y es con él con quien deberías estar ahora mismo, no en una playa paradisiaca revolcándote con Jesús sabe quién!
─¡Cállate! ─solté con ganas de estrellar la laptop contra el suelo.
La mujer abrió los ojos como platos y como por arte de magia el silencio se hizo presente.
─¡Él me engañó! ─grité sintiendo las lágrimas saladas bajando por mis mejillas─. ¡Se folló a otra mujer!
─¡Pues lo lamento mucho, pero eso no es una excusa válida para evadir tus obligaciones como madre!
─¡Ya no soy una niña, soy una mujer adulta y haré lo que me salga del coño!
─¡Entonces toma la decisión correcta y deja a ese bastardo adoptado! ─dijo golpeando la mesa de nuevo─. ¡Olvida lo que haya pasado entre ustedes y vuelve con Stephen, tienes que darle otra oportunidad, porque tú serás su familia al convertirte en la madre de sus hijos!
─¡Que no!
─¡¿Cómo demonios no?! ─repuso─. ¡¿Acaso piensas ser feliz con un hombre que es tu primo, y que de paso sólo le ha traído problemas a nuestra familia?!
─¡Cierra la maldita boca, Seraphine! ─grité tan fuerte que me ardió la garganta.
El corazón se me encogía dentro del pecho y ella me quedó mirando fijamente sin emitir ni un sonido.
─¡Yo ni siquiera soy su maldita novia, mamá, ni de Jamel ni de Stephen, no soy su puta novia y nunca lo fui! ─chillé golpeándome el pecho─. ¡Estoy embarazada de Stephen por error, no porque realmente todo esto sea fruto del amor que nos teníamos!
─¡No te atrevas a hablarme así!
─¡¿Por qué carajos no puedo hacerlo?! ─repuse─. ¡Si tú puedes hablarme como se te dé la gana, entonces yo también!
Exploté en llanto y sufrí una crisis. Sentí cómo me ardía la garganta de tanto gritar y se me calentaba la sangre, pero sobre todo cómo aparecía un vacío en mi estómago cada vez que pensaba en Stephen, o cómo se me quemaba la boca al mencionar su nombre.
ESTÁS LEYENDO
NO ES TUYO, ES NUESTRO © » 1M8.
Romans❝¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir? Descubre la historia de una joven universitaria que, en su desesperación por conseguir dinero para seguir con sus estudios, se convierte en donante de óvulos en un prestigioso hospital de l...