𝟳𝟭| 𝗡𝗘𝗖𝗘𝗦𝗜𝗧𝗔𝗠𝗢𝗦 𝗔 𝗠𝗢𝗥𝗔𝗡𝗧.

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Mientras esperaba detrás del telón, sentía cómo los latidos de mi corazón se sincronizaban con el bullicio del público. Sabía que todos estaban allí, expectantes, esperando el gran final. Zarael Montague, el diseñador más excéntrico y visionario de la industria, había confiado en mí para cerrar su desfile. No era solo un honor, era una responsabilidad.

Incluso entrando a los casi siete meses de embarazo, seguía siendo la favorita de las cámaras. Podía sentir las miradas de la prensa, ansiosas por capturar cada uno de mis movimientos. 

Me sentía más poderosa que nunca.

─Dios mío, Cissy, juro por Dios que eres la esencia de mi colección, tu presencia es lo que hizo que todos se quedaran hasta el final. ─dijo Zarael mientras la estilista me daba unos últimos retoques de laca en el cabello. 

Me quedé en silencio mientras otra chica me retocaba el brillo labial y fue ahí cuando las luces empezaron a bajar.

─¡Es hora del cierre, maestro! ─apareció el chico de organización.

─Bien, Cissy, prepárate, llegó tu momento de brillar, reina. ─siguió Zarael mientras aplaudía nervioso.

Asentí y tras unos últimos retoques rápidos me acomodé en la salida rumbo a la pasarela, inspiré profundo y me mentalicé de que finalmente, era mi turno de salir.

La tela era un derroche de lujo y extravagancia, con detalles en oro y piedras preciosas que brillaban bajo las luces de la pasarela. Mis piernas, perfectamente depiladas e hidratadas con un toque de aceite de bebé, lucían suaves y brillantes, como si estuvieran hechas de seda. Los tacones, altísimos y elegantes, iban a juego con el traje, haciendo que cada paso fuera una declaración de poder y elegancia.

─¡Ahora! ─chilló el chico de organización haciendo señas para que empezara a caminar.

Tomé aire con fuerza por la nariz y asentí.

─A la mierda. ─musité, y la función comenzó.

En cuanto puse el primer pie en la pasarela sentí la adrenalina correr por mis venas. La prensa ya estaba de pie, sacando millones de fotos por segundo. Los flashes quemaban mi piel e incluso me cegaron por un momento, pero no importaba, yo era la estrella del lugar, el centro del universo. Nadie más podía compararse conmigo, las demás modelos, con sus intentos desesperados de destacar, no eran más que sombras a mi lado.

─¡Cissy! ─gritó uno de ellos sacudiendo su mano para llamar mi atención, incluso a pesar de la música a todo volumen que sonaba de fondo.

Enfoqué su cámara y tras liberar una sonrisa juguetona guiñé el ojo y lancé un beso. Era más que obvio que por la mañana, esa foto saldría en primera plana por todo internet. 

Sentía que casi podía levitar, cada paso que daba era una coreografía perfecta, una danza de poder y sensualidad. Me detuve en el centro de la pasarela, girando lentamente para que todos pudieran admirar cada detalle del vestido.

─¡Narcissa, aquí! ─saltó otro.

Y sus deseos para mi eran órdenes, así que ahí estaba yo, regalándole un mejor ángulo de mi culo jugoso como durazno.

Mis movimientos eran fluidos y precisos, cada pose una obra de arte. 

─¡Cissy, Cissy!

Me incliné ligeramente hacia atrás, arqueando la espalda y dejando que el vestido flotara a mi alrededor como una cascada de lujo, luego, me giré de nuevo, esta vez con una mirada intensa y seductora, sabiendo que cada fotógrafo capturaría mi perfección.

NO ES TUYO, ES NUESTRO © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora