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¿De verdad? - lo miré sorprendida

Seokjin.- Si - asintió su cabeza - Puedo ayudarte para que vendas tus tartas el domingo 

Gracias hermano - le agradecí - Dios se lo multiplicará 

Seokjin.- No te quitó más tu tiempo - me dijo - Descansa y nos vemos el sábado en la tardé 

Se despidió de mi y se alejó. Por mi parte sonreí un poco y me levanté, fui directo a mi habitación y al entrar deje mis cosas cerca de la cama; me quité mi ropa para cambiarme por algo más cómodo. 

Me senté en la cama y saqué una hoja blanca, tomé mi lápiz y comencé a escribirle a una carta a mi madre.

"Querida madre esperó que te estés alimentando bien, se que ha pasado solo dos días desde que estoy aquí pero te extraño demasiado"

"Extraño recibirte, cuando ambas leemos juntas la biblia y pasamos tiempo juntas"

"Desde mi llegada hice dos nuevas amigas"

¿Puedes creerlo madre?"

"Mis primeras amistades, me emociona demasiado, sus nombres son Eve y Jiyu, son demasiado lindas, un día que decidas visitarme te las presentaré"

"Hoy tuve mi primera clase de repostería e hicimos una tarta, mis compañeras no probaron mi tarta pero uno de los hermanos la probó y quedo realmente fascinado"

"Me dijo que vendiera para el domingo y él me ayudaría"

"Te escribiré otra carta la siguiente semana, por lo pronto rezaré por tu bienestar y que Dios te cuide mi amada madre"

Terminé de escribir la carta, hice un sobre con otra hoja blanca y la decoré para poder entregarla a la hermana María, al poner mi nombre en el sobre, decidí levantarme de la cama. Me puse un suéter y salí de mi habitación en busca de la hermana, entré por el pasillo izquierdo de la escuela; la hermana me había dicho que su oficina se encuentra del otro lado de la escuela y que podía encontrarla después de clases. 

Seguí caminando por el pasillo mirando cada puerta con la esperanza de encontrarla, no había ningún alma merodear por la escuela, a esta hora deben estar preparándose para ir a cenar. Pero pude escuchar algunos murmuros en uno de los salones y con cuidado caminé, era extraño ya todos los estudiantes ya deben llegar a la cocina para cenar. 

Al fijarme por un pequeño hueco pude ver a un chico y a una chica besándose y haciendo otras cosas. La chica sonreía mientras el chico besaba sus pechos, ¿S- sus pechos?, En la biblia no dice eso y ellos están haciendo lo que hizo Adán y Eva, mis manos fueron a mi boca, estaba realmente sorprendida.

¿No te gustaría que lo hiciera en estos momentos pequeña? - preguntó en mi oído una voz masculina

Agrandé más mis ojos al escuchar la voz del padre, giré rápidamente y me alejó de mis compañeros. Abrió otra puerta de un salón y la cerró con seguro, retrocedí lentamente mientras que él se esta acercando más a mi.

Jimin.- Eres una niña mala por espiar a personas ajenas - dijo 

L- lo siento no era mi intención - me disculpe apenada - Y- yo iba pasando 

Jimin.- ¿A donde ibas? - se puso en frente mío y me miró fijamente 

Buscaba a la hermana María - respondí sin mirarlo - Padre

Jimin.- Ella debe estar cenando - dijo tranquilo - Puedes esperarla aquí aunque - sus manos fueron directamente a mi cintura - También yo tengo hambre 

P- podemos ir a la cocina Padre - tartamudee

Jimin.- Lo que quiero cenar es a ti - sonrió coqueto - Tengo ganas de comerte linda

Sus labios fueron directamente a los míos, me sorprendí pero intenté separarlo pero otra parte de mi no quería hacerlo; sus labios son demasiado suaves.  


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PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora