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Un mes paso desde que dormí en su habitación. Las cosas cambiaron en mi entorno, aprendí varias cosas en ese mes; la primera mi autodescubrimiento personal, error de mi madre no haberme enseñado esto.

Y eso me lo enseño el padre, los encuentros han sido constantes y a la vez diferentes, aún no me acostumbró al tipo de palabras que el quiere que expresé pero con el tiempo pueda tener más seguridad de decirlas.

Jiyu y Hoseok son los únicos que saben este secretó si alguien más se entera para los dos es perjudicial. Él podría ser quitado de su puesto y mi madre me mandaría a otra escuela, la compañía de él me hace sentir bien.

Creó que después de todo la iglesia no es lo único que puedes tener a lo largo de tu vida

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María.- Por favor Eve lee el versículo dos - le dijo amablemente 

Ella asintió y comencé a leer su libro mientras que las demás seguían la lectura menos yo, miraba distraída la ventana mientras escuchaba.

Jiyu.- Te regañarán - me dijo en voz baja

Giré un poco mi cabeza y la miré, ella esta igual de aburrida que yo. Posé mi mirada a mi libro y fingí seguir la lectura, aún faltaba otra clase para que terminará, el tiempo fue demasiado lento que me quedaría dormida.

La clase del hermano Hoseok es uno de las más entretenidas que hay en la escuela, a todos nos agrada su clase. Él más dinámico a comparación de los demás hermanos y hermanas; terminó la clase unos minutos antes para que fuéramos a la cocina.

Se despidió y salió primero, los demás guardaron sus cosas y salieron del salón, esperé a Jiyu y a Eve a que guardarán sus cosas y las tres salimos, caminamos por el pasillo.

Jiyu.- Muero de hambre - bostezó ligeramente 

Eve.- Siempre tienes hambre - se burló de ella 

Las dos sonrieron mientras que yo las escuchaba. 

Eve.- ¿Te pasa algo? - me miró confundida

Si - respondí rápidamente 

Eve.- Has estado rara desde hace varios días - me dijo - ¿Tu madre aún no responde tus cartas?

Era una de las cosas que había olvidado, mi madre aún no responde mis cartas pero la principal razón que he estado distraída es él.

Si - volví a responder - Supongo que debe estar ocupada para que no responda mis cartas 

Jiyu.- Pronto lo hará - me ánimo 

Las dos bajamos las escaleras y caminamos por el pasillo pero antes que diéramos otro paso la hermana María llamo a Eve y ella se despidió de nosotras.

Jiyu.- ¿Lo extrañas? - me preguntó tranquila 

Si - agaché mi cabeza - Aún no vuelve de su junta 

Jiyu.- Dos semanas sin él - dijo tranquila - Te entiendo como te sientes, también me ha pasado así cuando Hoseok se va

¿Cómo puedes? - le pregunté 

Jiyu.- ¿A que te refieres? - levantó una de sus cejas

El extrañarlo - respondí - No me acostumbró que este fuera

Jiyu.- El tiempo - habló despreocupada - Te acostumbras

La miré fijamente y las dos llegamos a la cocina, los únicos que están al momento son nuestros compañeros, tomamos unas bandejas y nos servimos de comer; estofado, carne y agua era nuestra comida del día de hoy.

Nos sentamos en una mesa vacía y comenzamos a comer, al poco tiempo la campana sonó indicando que las clases terminaron y en minutos aparecerían los demás, mientras comíamos escuchamos a algunas compañeras hablar pero algo llamó mi atención.

Es maravilloso que el padre Jimin haya llegado - dijo emocionada - Sin él no es lo mismo 

Ellas se formaron y miré a Jiyu, ella asintió su cabeza. Terminé de comer y al entregarle mi bandeja a una de las hermanas, las dos salimos de la cocina para ir directo con él, alrededor de nosotras esta solitario, todos están en la cocina.

Caminamos y cuando llegamos a su oficina escuché la voz de Jiyu.

Jiyu.- Iré con Hoseok - me dijo - Tengo algunas cosas que hablar con él 

Se despidió, miré la puerta de su oficina y di un leve toque, mis manos comenzaron a sudar y no lo entendía. Se abrió la puerta y pude verlo después de dos semanas, al verme una sonrisa apareció en su rostro.

Me tomó de mi cintura y me metió a su oficina, cerró con seguro su puerta y besó mis labios, mis manos fueron a su pecho mientras que los dos seguimos besándonos de una manera tranquila y lenta a la vez.

Jimin.- ¿Me extrañaste? - preguntó entre besos

Si - respondí - Demasiado

Él se separó unos centímetros, acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y sonrió.

Jimin.- También yo te extrañe - me dijo y me ruborice

PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora