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Sus manos acariciaron mi cintura, me estremecí por su tacto en mi piel.

Jimin.- Descansa - habló 

Besó mi cuello y se alejó de mi, abrí la puerta de mi habitación rápidamente, entré como si hubiera visto un fantasma, me recargué contra la puerta y aún no asimilaba lo que había pasado hace unos minutos.

¿Perdí mi virginidad? - me pregunté a mi misma

Mis mejillas se pusieron rojas al recordar su intensa mirada, la forma que me acarició, me tocó, sus manos recorrer mi cuerpo. Me estremecí nuevamente pero sentí calor en el momento que recordé todo lo que paso en el salón.

Mordí mi labio y fui a mi cama para tomar mi ropa e ir al baño, necesitaba darme un baño rápido. Tomé mis cosas y fui a darme un baño.

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Tallé mis ojos con delicadeza, miré mi reloj de mesa y son las seis de la mañana. Me senté en mi cama pero sentí dolor en todo mi cuerpo, pude ver una pequeña marca en mi pecho, levanté un poco mi camisón y me sorprendí que la mara era más grande de lo que era.

No podré mirar al padre ahora - me sonrojé nuevamente 

Cubrí mis manos a mi rostro, bajé mis manos y quité la cobija que cubría mi cuerpo, al bajarme de la cama, comencé a rezar como cada mañana antes de hacer mis labores diarias. Unos minutos transcurrieron, me levanté y me cambié de ropa por mi uniforme. 

Cepille mi cabello, tomé mi mochila y salí de mi habitación. No fui la única en levantarme temprano, algunas de mis compañeras también caminaban directo al comedor, quise saludarlas pero ellas me ignoraron, las miré alejarse y sentí una presión en mi pecho.

Seokjin.- No te sientas mal - habló y se puso a lado mío 

Hermano - lo miré sorprendida

Seokjin.- Ellas siempre han sido así - dijo tranquilo - Es mejor que no tengas ese tipo de amistad con ellas

Sacudió un poco mi cabello y caminó en dirección contraria, lo miré sorprendida pero una sonrisa apareció en mi rostro. Continué caminando y antes de llegar al comedor sentí que alguien me jalo, golpe mi cabeza contra su pecho.

L- lo siento - me disculpe

Jimin.- Hueles bien - habló 

Me separé unos centímetros y vi al padre mirarme fijamente, mis mejillas se acaloraron y rápidamente desvié mi mirada, no quería hacer contacto visual con él en estos momentos por lo que paso ayer en la noche.

Jimin.- ¿Porqué no me miras? - preguntó - Me gusta cuando me miras y más cuando te meto mi pene

Lo miré avergonzada, sonrió de lado y se acercó más.

Jimin.- ¿No me darás tus buenos días? - me preguntó nuevamente 

Se acercó a mis labios, me tomo de ambas manos y me besó, intenté separarme pero era inútil, desde anoche quería probar sus labios otra vez. Se separó de mi y sujetó mi cintura y me miró fijamente.

Jimin.- Estudia mucho - me dijo - No quiero que bajes tus calificaciones

¿Me castigará como mis demás compañeras? - pregunté preocupada

Jimin.- No - negó - A ellas las castigó estudiando pero tu - sonrió - Será de otra manera pequeña


PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora