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Jimin.- ¿Fueron difíciles estás semanas sin mi? - preguntó tranquilo

Si - respondí 

Jimin.- Escuché que has estado distraída en mi ausencia - me dijo mientras acaricia mi pierna

Lo miré apenada, estoy sentada en sus piernas mientras que él acaricia mis piernas de una manera no sexual. 

Jimin.- ¿Me dirás porque? - acercó a su rostro al mío 

Por pensar en ti - respondí sonrojada

Sonrió y besó mi mejilla, sonreí un poco y me cargó rápidamente, me sorprendí pero él solo me sonríe.

¿P- pasa algo? - pregunté 

Jimin.- También para mi fueron eternas estas semanas sin ti - respondió - Pero en estos momentos te necesitó 

¡E- espera! - me sorprendí 

Pero no hizo caso a mi petición y me dejo sobre el sofá, se quitó su camisa gris, me sonroje demasiado, desvié mi mirada.

Jimin.- No grites - se acercó a mi rostro - Mírame 

Lo miré aún sonrojada, se acercó más y me besó. Mis manos temblorosas fueron a su pecho, me presiono un poco a él pero no dejamos de besarnos; volví a sentirme bien, su compañía me hace sentir de nuevo como el primer encuentro que tuvimos.

Sin dejar de besarnos, comenzó a quitarme mi suéter de mi uniforme, el sonido de nuestros labios se escuchaba pero ninguno se separaba. Pude ver que también él me extraño pero la intensidad de nuestros cuerpos aumento.

Al quitarme mi suéter y desabrochar mi camisa blanca, ambos nos miramos, algo agitados pero su intensa mirada esta sobre mi.

¿Qué tanto me extrañaste? - le pregunté

Su expresión no cambio en nada, incluso los segundos pasaron y creí que había metido la pata al preguntar algo tonto que a él le molesté, mi corazón se aceleró por esos segundos sin responderme.

Jimin.- ¿Quieres saber mi respuesta? - preguntó y asentí mi cabeza rápidamente - Bien, responderé a tu pregunta

Se sentó en el sofá y sus manos me tomaron para que me sentará en ellas. Sus dedos sujetaron mi cintura, el tacto me hizo estremecer, el frío recorrió mi espalda ante la sensación.

Se acercó a mi y comenzó a besar mi cuello lentamente, solté un pequeño gemido. Ya que si desobedezco sus ordenes podría tener el castigo de esa vez; una de sus manos sujetaron una parte de mi cuello, su lengua recorría mi cuello pero poco a poco fue bajando a la altura de mis pechos.

Con solo una mano quitó mi sostén y dejo al descubierto mis pechos, mi respiración se hizo agitada, no me miró en absoluto y con su pulgar tocó mi pezón izquierdo, nuevamente me estremecí y cerré mis ojos.

Sentí su respiración en mis pechos y gemí en voz alta al sentir su boca dentro de mi pecho, la otra mano acarició mi otro pecho, mientras que podía sentir su erección en mi intimidad, era dura, que al sentirla mis bragas se mojaron.

Jiyu me había hablado de varias cosas en el acto sexual que al inició me sorprendí que podría pasar eso. Pero ahora lo sentí, su lengua se movía y sentí pequeñas mordidas en mi pezón; al separarse lo miré sonrojada, seguía con esa expresión que me estaba volviendo loca en estos momentos.

Nuevamente volvió a lamer mis pezones pero su mirada esta fija en mi, eso logró avergonzarme en ese momento, el único sonido que se escuchaba en su oficina era el sonido de la succión de mis pechos, parecía un bebé bebiendo de los pechos de su madre.

Me gustaba, me volvía loca cada vez que hacía eso y él lo sabía, hice mi cabeza hacía atrás pero recordé uno de los consejos que Jiyu me dio.

"Si él te esta comiendo tus pechos, tu muévete lentamente de adelante hacía atrás, verás que lo volverás loca"


Comencé a moverme como ella me había dicho y pude escuchar un gruñido saliendo de su boca.

Jimin.- Mierda- gruñó con la voz ronca - Sigue así y lograrás venirme

Seguí haciéndolo pero ahora los dos estamos gimiendo de placer, él lamiendo mis pechos y yo provocándolo.

Pero en ese preciso momento escuchamos la puerta tocar, los dos nos sorprendimos y nuestras miradas se enfocaron en la perilla de la puerta moverse.


PastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora