|8|

3.8K 403 95
                                    

P.O.V. Omnisciente

El final del verano llegó más rápido de lo que Belladona habría querido. Estos meses que se la había pasado en la Mansión Malfoy fueron los meses más felices de su vida. Estaba más que agradecida de que Lucius, Narcissa y Draco por acogerla como una más de la familia Malfoy desde el primer encuentro.

La última noche en medio de la cena, Narcissa hizo aparecer un regalo para Draco y Belladona. Este era un anillo con emblema de serpiente.

"-El anillo es un emblema de nuestra familia -explica Narcissa –Tienen un encantamiento para que se les ajuste a sus dedos a medida que crezcan."

"-Sanctimonia Vincet Semper" –murmura Draco – La pureza siempre vencerá"

A la mañana siguiente, los Malfoy estuvieron listos desde muy temprano. Narcissa fue a la habitación de Belladona y le hizo un hermoso peinado que resaltaba sus mechones blancos y le comentó el hecho de que le gustaba no ser la única con el cabello de dos colores en la mansión, comentario que le hizo gracia a Belladona.

Pasado unas horas la familia estaba esperando a su chófer.

A Belladona no le entraba en la cabeza que los Malfoy, familia que aborrecía todo con referencia a los muggle tuvieran una limosina.

-Solo la utilizamos para ir a la estación a dejar a Draco -explica Lucius con desagrado al ver la cara de Belladona–es una medida del Ministerio para que los inmundos muggles no sepan de la existencia de la magia.

-Lo único bueno de la limosina es que no todos los magos ni muggles la tienen –expresa Draco con orgullo –incluso en eso le ganamos.

Una vez el chófer metió todas las maletas en la cajuela arrancó la limosina y salieron de la Mansión. Belladona se volvió para echar una última mirada a la casa. En serio había sido un buen verano para ella.

Llegaron a King's Cross con tiempo de sobra. El señor Malfoy cruzó la calle con los niños y Narcissa mientras el chófer agarraba uno de los carritos para las maletas. La familia caminó hasta el andén nueve y diez y esperaron que no hubiera muchos muggles para entrar uno por uno.

-Bien, Draco y yo vamos primero –dijo el señor Malfoy verificando que no hubiera muggles cerca, Lucius colocó la mano en el hombro de Draco y ambos desaparecieron a través de la barrera

-Nos toca -murmuró Narcissa con una sonrisa a Belladona

Ambas atraviesan la barrera agarrada de las manos.

Una vez estuvieron en la estación adecuada, se juntaron con Lucius y Draco para las últimas despedidas.

-Escriban seguido –exige Narcissa –quiero saber cada detalle de sus días en Hogwarts. Y quiero que me cuenten más que nada cómo les fue en las pruebas de quidditch.

-Yo los veré algunas veces en el colegio. Tengo que ir regularmente por asuntos de la asociación de padres -explica Lucius

Draco y Belladona se despiden de los adultos y entran al tren. Caminan por el pasillo observando a los alumnos de todos los años y los de primer año también quienes hablan irritablemente alto sobre lo asombroso que será su travesía en el colegio.

Los chicos siguen caminando hasta el final del pasillo buscando a sus amigos, y los encuentran en uno de los cubículos que usualmente utilizan los Slytherin.

- ¡Al fin llegan! -expresa Pansy y abraza a los recién llegados

-No exageres Pansy, aún falta algo de tiempo para irnos –le dice Belladona a su amiga –¿Cómo están chicos?

Belia Potter [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora