Nieve, es todo lo que hay a kilómetros del lugar.
Nieve, frío y un aire de soledad es todo lo que las personas ya sean prisioneros o carceleros pueden observar mediante las paredes del Castillo Nurmengard, esas tres cosas son todo lo que abunda en los kilómetros más alejados de Alemania día tras día.
Parece ser solo otro día nevado más en el norte de Alemania, sin mayor agitación, pero dentro del castillo Nurmengard hay una alta consternación por la liberación del mago más temido desde los sucesos del 45.
En la celda más alta del castillo un señor que no ronda más de los cien años está afeitándose la profunda barba con una sonrisa socarrona, ya tiene la maleta lista sobre el somiere desgastado. Termina de afeitarse y espera con maleta en mano a que abran su celda de una vez por todas
Hoy es el día en que la comunidad mágica vuelve a hacer historia, pues tras largos años de arresto Gellert Grindelwald al fin es soltado. Varios de los guardias que lo aprisionaban se quitan los sombreros al verlo caminar libremente en los pasillos del castillo que minutos antes tenía como prisión. Sin embargo, ante todos los hombres que están en el pasillo viendo como Gellert Grindelwald camina libremente entre la prisión hay un hombre vestido como político que se interpone en su camino
-Me estorbas –escupe Grindelwald mirándolo de arriba hacia abajo
-Si fuera por mí nunca te dejaría salir
Grindelwald se ríe negando con la cabeza
-Sin embargo, fuiste tú quien ordenó mi salida, Meyer. Así que apártate de mi camino.
Sin esperar respuesta Grindelwald pasa al lado del ministro alemán chocándole el hombro en el acto.
-Algún día volverás a ser un prisionero más de esta cárcel, Grindelwald. Solo te dejaré disfrutar de la bastarda de tu nieta un tiempo.
Gellert se detuvo en seco al escuchar la palabra que acaba de soltar el ministro y sin esperar un segundo más empujó al Fritz Meyer contra la pared agarrándolo del cuello con fuerza, al parecer no le importaba que estuviera los carceleros y más de veinte flashes captando todo lo que pasaba.
-Que sea la última vez que te diriges de esa manera a mi nieta, Meyer, porque si no tu familia correrá peligro. Sabes muy bien de lo que soy capaz.
Grindelwald se alejó segundos después sacudiéndose la ropa como si nada y le sonrío a los periodistas presentes.
-Hasta nunca, bola de inútiles –murmura el peliblanco con una sonrisa de suficiencia.
-Que Merlín nos ampare –ruega uno de los carceleros viendo a Gellert Grindelwald alzarse en vuelo en una carroza hasta perderse en la intensa nevada.
___***___
Ha pasado un tiempo desde los sucesos de la Cámara de los Secretos; ahora Belladona sabe que puede hablar con las serpientes gracias a su varita que le perteneció al mismísimo Salazar Slytherin, ha pasado de ser hija de Lili Evans a ser hija de Cassandra Grindelwald haciéndola parte directa del mago tenebroso Grindelwald y es sangre pura. Ha pasado por tantos cambios que la han desestabilizado, pero a pesar de eso tiene una nueva familia que la ama y daría todo por ella y Belladona no podría estar más feliz por ello.
- ¡Vamos Belia, no dejes que Viktor agarre la snitch!
- ¿Qué crees que hago, Draco?
El viento provocaba que varios mechones del cabello de Belladona se interpusieran en su campo de visión mientras trataba de encontrar la snitch dorada que volaba por alguna parte del campo de la Mansión Malfoy.
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Belia Potter [Draco Malfoy]
FanfictionBelladona y Harry Potter han quedado huérfanos y viven con sus tíos. Un día los hermanos reciben la carta que cambiará sus vidas para siempre. En ella les comunican que han sido aceptados en Hogwarts el colegio de magia y hechicería de Londres. La...