Belia Potter [Draco Malfoy]

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Maratón 2/2

P.O.V Omnisciente

Mansión Malfoy

21 de junio de 1992

Belladona se levanta sobresaltada gracias a Draco quien le saltó encima.

- ¡Feliz cumpleaños Belia! -grita Draco alegre, pero Belladona solo gruñe girándose del otro lado de la almohada -Oye -Draco insiste pinchándole una mejilla -Tienes un desayuno especial y varios regalos esperándote para ser abiertos.

Belladona se levanta como puede y Draco se ríe de su aspecto.

- ¿No pudiste dormir bien? -pregunta este cuando esquiva una almohada de Belladona.

-No, soñé con la voz de un hombre -comenta ella y Draco le hace un gesto con la mano para que siga hablando –Estaba en una especie de túnel oscuro y solo podía escuchar esa voz, seguí la voz hasta el final del túnel y este se empezaba a aclarar, pero antes de ver quien era el hombre de la voz tú me despertaste y lo último que hoy fue que la voz me felicitaba.

-Qué raro -dice Draco, pero a los segundos se encoge de hombros -Hoy no te preocupes por sueños y voces fantasmales, es tu cumpleaños. El primero que tienes en verdad y debes celebrarlo con toda la felicidad.

Draco le sonríe a Belladona y le da un beso a su mejor amiga y luego se va del cuarto

Cuando Belia terminó de bañarse procuró vestirse con un vestido que recién le habían regalado no hace más de dos noches, se miró al espejo de su cómoda e intentó cambiar de apariencia. Gracias a tu metamorfomagia logró cambiar su cabello a un mechón blanco delantero blanco y unas cuantas hebras de cabello blancas igual, y no pudo olvidar su ojo en un tono gris, casi blanco.

Al verse en el espejo con su cambio sonrió por completo. Se sentía como nueva.

Al bajar las escaleras pudo ver estas siendo decoradas por Dobby y otros elfos domésticos que en cuanto la vieron inclinaron su cabeza en señal de saludarla; a pesar de que los Malfoy no tuvieran una mala relación con sus elfos, estos no hablaban directamente con sus sueños como un igual, se sentían inferior a ellos dadas sus experiencias con otros magos. Pero Dobby no era igual a los otros elfos, Dobby saludó a la pequeña y no dudó en brindarle un abrazo de cumpleaños y se disculpó por no tener un regalo, pero Belladona le dijo que no era necesario.

Cuando llegó al comedor observó como Lucius, Narcissa y Draco terminaban de acomodar unos regalos en una mesa que habían puesto al lado del comedor.

- ¿Crees que le gusten? -pregunta Lucius con notable preocupación en su voz –No ha tenido una familia que le diera regalos propios a Belladona en su vida.

Narcissa se ríe de la acción de su marido y no duda en ponerle las manos en el cuello y besarlo levemente en los labios mientras Draco hace un gesto de asco.

-Quien te viera, Mon Cher -dice con amor y delicadeza Narcissa –le va a encantar, estoy segura de eso.

-Estoy aquí -anunció Draco agitando los brazos -no hagan muestras de cariño excesivo, dan diabetes y aún no hemos ni desayunado.

La pareja de ríe y Lucius le mueve el cabello a Draco quien sonríe por el acto de su padre.

Belladona no puede evitar sonreír por la imagen que los Malfoy proyectan, riquezas, lujos, pero, sobre todo, proyectan amor. Un amor que ella siempre ha querido, el amor de una familia que haría lo que fuera los unos por los otros.

Draco es quien nota a Belladona parada al marco de la puerta del comedor.

- ¡Wow! -exclama Draco encantado por la imagen que proyecta Belladona