|20|

1.7K 238 84
                                    

Desde que los chicos habían regresado a Hogwarts luego de las fiestas, habían dado de que hablar. Todos los estudiantes hablaban de la fiesta de los Grindelwald, pero más que nada, hablaban de la infidelidad de Astoria hacia Draco.

Muchos murmuraban y se reían de él a sus espaldas, pero apenas veían a la Corte de Slytherin pasar cerca de ellos se callaban.

Draco no había llorado más por Astoria desde la noche navidad. Desde que Belladona lo encontró en el observatorio del castillo en Noruega; él había prometido no llorar más por esa relación y lo había cumplido al pie de la letra. Sin embargo, los comentarios que hacían sobre él lo mantenían de mal humor, lastimaban su orgullo y la solución que le dio a eso fue tirar a los estudiantes que murmuraban de las escaleras.

Otra cosa que lo mantenía distraído eran sus prácticas de quidditch, estás eran más intensas desde que Gryffindor venció a Ravenclaw hace unos días; por lo que Slytherin se veía obligado a derrotar a Hufflepuff si querían ganar la copa ante sus mayores rivales.

A las once menos cuarto de ese día, el equipo de Slytherin se dirigió a los vestuarios. El tiempo no podía más perfecto para jugar. Hacía un día fresco y despejado, con una brisa muy ligera.

-Ya saben lo que tienen que hacer –dijo Pucey cuando se disponían a salir de los vestuarios –Solo deben jugar como los entrenamientos y estaremos liquidando a Gryffindor en el próximo partido.

Esta vez Adrian dirigió su mirada hacia Draco que mantenía su vista hacia el campo

-Espero que te concentres en este partido, Malfoy. Todos los ojos estarán en ti

Draco lo miró y le sonrió con arrogancia

-El equipo de Hufflepuff no sabrán que los golpeó –contestó él.

Salieron al campo y fueron recibidos con un aplauso tumultuoso. El equipo de Hufflepuff, de color amarillo, aguardaba ya en el campo. El buscador Cedric Diggory, estaba frente a Adrian. Belladona era más o menos una cabeza más baja que él, pero aun así no demostró nervios ante el buscador. Diggory por otra parte, sonrió coquetamente ante Belladona y ella hizo una mueca de asco.

-Pucey, Diggory, dense la mano –ordenó la señora Hooch

Pucey le estrechó la mano al capitán de Hufflepuff.

-Tienes una bonita buscadora, Pucey –dijo Cedric –¿Crees que quiera ir a nuestra fiesta cuando ganemos?

-Ella no sale con perdedores, lo siento Diggory.

-Cuando suene el silbato –siguió la señora Hooch –¡Tres, dos, uno!

Los Slytherin del suelo y sus nuevas escobas Saetas de Fuego se levantaron más rápido que ninguna otra escoba de su equipo rival. Belladona planeó por el estadio y empezó a buscar la snitch, escuchando todo el tiempo los comentarios de Lee Jordan.

-Han empezado a jugar y todos tienen la vista puesta en las nuevas escobas del equipo de Slytherin, todos tienen Saetas de Fuego. Según la revista "El mundo de la escoba", la Saeta de Fuego es la escoba elegida por los equipos nacionales para el campeonato mundial de quidditch. Potter montaba una el partido anterior, así que supongo que los Slytherin no se quisieron quedar atrás y copiarlo.

-Jordan, ¿Te importaría explicar lo que ocurre en el partido? –interrumpió la profesora McGonagall

-Está bien. Slytherin tiene la quaffle. Blaise Zabini se dirige a la meta...

Belladona pasó como un rayo al lado de Blaise y en dirección contraria, buscando a su alrededor un resplandor dorado y notando que Cedric Diggory le pisaba los talones. El jugador volaba muy bien. Continuamente se cruzaban, obligándola a cambiar de dirección.

Belia Potter [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora