Belia Potter [Draco Malfoy]

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Maratón 1/2

P.O.V. Belladona

-Belia, ¿estás bien?

Alzo mi cabeza y miró a Draco, por su reacción de rascarse la nariz y sonrojarse supongo que entendió que fue una pregunta bastante estúpida.

-Me acabo de enterar que soy producto de una infidelidad, que mi padre ni siquiera me quiso una vez se enteró que mi madre estaba embarazada. Su relación fue un truco para engañarla para satisfacción de dos personas. Añádele que me hicieron creer que era hija de una... sangre sucia. -Suelto eso ultimo con asco

Draco me mira sorprendido por mi comentario, ya que jamás le había dicho a nadie aquel insulto, no me hacía falta. Pero no puedo hacer otra cosa, estoy muy molesta, dolida y demás sentimientos que no puedo explicar el cómo se siente.

-Mira el lado bueno, eso quiere decir que eres la hija de las familias más importantes del mundo mágico, y tienes mucho dinero de por medio. Tienes el apellido Potter, uno de los veintiocho sagrados de Londres, hasta que se casó con la sangre sucia y Grindelwald otra de las familias sangre pura más intimidantes y poderosas de Europa y ni se diga del mundo.

- ¿Es enserio pequeño hurón?

Le tiro una almohada de mi cama y él se ríe una vez se quita la almohada que le cayó en la cara.

-Eres un asco dando ánimos.

-Solo quiero que veas el lado positivo, Belia. No quiero que estés deprimida por los actos de tus padres hace ya once años.

Miro a Draco y él me toma de la mano y la entrelaza conmigo.

-Haz estado encerrada toda la semana desde que te enteraste de esto, y no te culpo es un hecho bastante impactante, a mí me impactó y no puedo imaginar lo que sientes, pero insisto en que debes salir y enfrentar el hecho de que te mintieron, porque no puedes regresar el tiempo por mucho que quieras.

Dicho esto, me da un beso en la frente y se va.

Me quedó pensativa mirando a la nada. Por un lado, Draco tiene razón, no puedo cambiar el hecho del pasado de mis padres, ni tampoco el hecho de que me han mentido desde mi nacimiento. Tengo que enfrentarme a esa verdad. Tengo que seguir con mi vida sabiendo que soy Belladona Rosier Potter Grindelwald.

No.

Soy Belladona Rosier Grindelwald.

Sonrió al decir mi nombre, no llevaré el apellido de alguien que jugó con los sentimientos de mi madre, la mujer que me dio la vida y que desgraciadamente no pudo estar junto a mí ya que me salvó. Ese es el apellido que debo llevar.

Salgo de mi cuarto a la hora de la cena; es la primera vez que salgo luego de una semana. Al bajar las escaleras me encuentro a mi tío, madrina y padrino comiendo en silencio y con caras largas.

Bajo el último escalón y todos miran a mi dirección haciendo que me sienta algo incomoda por sus miradas.

-Hola...

-Belladona...

Sin esperarlo mi madrina prácticamente salta de su asiento y me abraza mientras me examina de pies a cabeza.

-Pensaba que no bajarías, perdón por no ir a verte pensábamos que querías tu propio espacio para pensar.

Me suelta y me dirijo al comedor, sentándome al lado de mi padrino.

-Siento encerrarme y no hablar con nadie, necesitaba tiempo para pensar. -Digo un poco apenada

-No te preocupes, es información difícil de digerir -comenta Lucius