Belia Potter [Draco Malfoy]

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Al día siguiente, Belladona estaba dispuesta a hablar con su hermano respecto a las vacaciones. La chica quería dejar todo en claro con su hermano sobre su cambio de apellido.

En cuanto bajó al Gran Comedor pudo observar bajo el techo encantado, que aquel día estaba de un color gris, las cuatro grandes mesas correspondientes a las cuatro casas estaban repletas de soperas con gachas de avena, fuentes de arenques ahumados, montones de tostadas y platos con huevos y jamón. Draco, Pansy, Theodore y Blaise se sentaron en la mesa de Slytherin.

-Hablaré con mi hermano –anuncia Belladona a sus amigos y se dirige a la mesa de los Gryffindor

Belladona no tuvo que dar muchos pasos para dar con la mesa de los leones; muchos de esa casa se quedaron callados al ver a una Slytherin estar frente a su mesa y eso no pasó desapercibido por Ron y Harry quienes levantaron la cabeza de sus comidas al no escuchar las voces usuales del comedor.

-Buenos días

Harry y Ronald voltearon al escuchar la voz de Belladona en su mesa, incluso Hermione levantó la cabeza de su libro para mirar la escena.

-Quiero hablar contigo, Haz –pidió Belladona a su hermano

-No creo que tengan algo de que hablar –contestó Ron en lugar de Harry

Belladona miró de reojo al amigo de su hermano y pensó que no era el momento de distraerse con alguien quien solo la quería provocar.

-No creo que tengamos de que hablar, Dona... si es que aún te llamas así –contesta Harry en tono frío, tirándole una mirada de soslayo.

Belladona cerró los puños con fuerza y su cabello se volvió en tonos rojizos

-Vaya, al parecer a cierta serpiente no le gusta el rechazo –dice Hermione con malicia.

- ¿Y a ti quién te metió en la conversación, Granger? Mejor sigue metiendo tu nariz en los libros -dijo Belladona agarrando la nuca a Hermione y girándole la cabeza hacia su libro –¿Entonces, no hablaremos?

-No necesitamos hablar, porque dejaste en claro que no te importaba dejar de lado el apellido materno, por un apellido tan asqueroso como Grindelwald. Dejaste de ser una Evans, ¿por qué? ¿tener el apellido sangre pura?

-No fue así, no es solo porque es sangre pura, es porque...

Belladona no pudo terminar de hablar porque su hermano la interrumpió

-Sinceramente, Belladona, no me interesa saber tus razones.

Harry apretó los labios y se volteó hacia la mesa, dándole la espalda a la chica Slytherin y volviendo a comer su avena.

Belladona asiente con la cabeza y chasquea su lengua.

Una mano se posa en el hombro de Belladona y ella gira su cabeza

- ¿Causando problemas tan temprano, señor Potter? No creí que fuera a estar bajo el foco luego de la hazaña de anoche –dice Snape –Pero veo que me equivoqué. Tal vez un nuevo castigo sea lo mejor

Ninguno de los chicos dice nada y Snape se voltea hacia su ahijada.

-Regrese a su mesa, Belladona –ordena Snape –pronto repartiré los horarios.

Belladona se va hacia la mesa de Slytherin donde esperan sus amigos.

Estos le extendieron su plato de avena y jugo de naranja a Belladona para que comenzara a desayunar.

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Los cinco chicos abandonaron el castillo, cruzaron la huerta por el camino y se dirigieron a los invernaderos donde crecían las plantas mágicas.