Epilogo

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Atenas, Grecia.

Febrero de 2017.

Esa mañana Dean había decidido a mostrarle a Melody el secreto de su familia, por ello estaban en el antiguo estudio de arte de su madre.

Ella estaba maravillada con todo el lugar, era un sitio de aquella enorme mansión que no había visitado aún. Llevaba un mes viviendo allí pero ese lugar era algo nuevo para ella, se encontraba del lado opuesto a las habitaciones y aunque Dean le dijo que nadie lo usaba, se notaba que lo mantenían en muy buen estado, el lugar estaba pulcro, impresionante.

Había cuadros por todas partes, en todas las paredes de diversos tamaños, colores y objetos; algunos eran de paisajes con animales incluidos, otros de cosas tan insignificantes como la luna y otros como...

─ ¿Qué hay detrás de esa tela? – Preguntó mirando un cuadro cubierto por un manto negro.

─Este era el estudio de mamá, pasaba mucho tiempo aquí adentro. No teníamos una vida convencional pero una regla era que pudiéramos hacer lo que tanto amábamos ─ Él tenía una sonrisa nostálgica en el rostro mientras miraba el cuadro cubierto. Se acercó al cuadro y retiro el manto ─. Este es el último cuadro familiar que mi madre hizo, los otros ya los has apreciado en el salón principal – Ella asintió acercándose al cuadro ─. Este en cambio no ha sido expuesto porque esconde un gran secreto familiar.

Él la miro y los ojos de Melody se iluminaron al comprenderlo.

─Dean...

─Este cuadro lo terminó dos días antes de hacer ese viaje que nos separó – Tragó saliva.

Ante sus ojos se exponía un enorme cuadro de grandes dimensiones, el más grande de todo el estudio que podría cubrir casi la mitad de la pared. En ese cuadro se apreciaba a una mujer de unos cuarenta años con el cabello oscuro y ojos igual de azules que los de Dean y su hijo, ella tenía una sonrisa mientras abrazaba a dos rubias adolescentes, ambas con el cabello largo hasta la cintura. Una de las rubias podía identificarla como Rebekah con su cabello completamente liso y sus característicos ojos azules pero no idénticos a los de su madre sino un poco más oscuros, ella sonríe a la cámara ladeando un poco el rostro, en cambio, la otra a su lado su cabello tiene un poco de ondas y su mirada en brillante pero su sonrisa esconde travesuras, esa definitivamente es Freya.

Al otro lado está un Dean adolescente con el mentón en alto y sonriendo con suficiencia, pero con un brillo en su mirada, un brillo que ha visto solo cuando mira a Logan, alguna de sus hermanas o a ella. Él se veía completamente diferente al hombre que conoció en un principio, frío y calculador, allí era feliz. Luego al lado de él está un hombre rubio con ojos verdes, su gesto era serio demostrando poder e imponencia pero hay un brillo en su mirada que reflejaba felicidad, él sostenía abrazada por el hombro a una pequeña adolescente pelinegra de ojos azules, casi idéntica a la mujer y en su mirada se oculta madurez disfrazada de alegría, y todavía así, hay luz en su mirada.

Pero de pronto, esa pequeña pelinegra se le parece conocida, ladeando un poco la cabeza preguntó:

─ ¿Quién es ella? – Preguntó sin dejar de mirarla.

─Ella es nuestra pequeña flor que se luego se marchito – Escuchó a su lado, ella lo miró por el rabillo del ojo ─. Ella desde pequeña siempre fue muy alegre, incluso más que Rebekah. Recuerdo que también le gustaba hacer muchas travesuras junto a Freya, pero luego ella creció y muchas de esas cosas quedaron atrás sin explicación alguna, solo sucedió. Ella quería encontrar el amor y por un tiempo lo consiguió, solo por un tiempo – Dijo apretando sus manos en puños ─, también quería ser doctora pero nunca llegó a serlo. Cuando perdimos a nuestros padres, ella perdió toda esperanza, pasó de ser la luz de este lugar a ser pura oscuridad.

Dean MichelakisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora