Capítulo VII

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Días después.

Melody observa la ropa que yace extendida por su cama con una mueca de inconformidad y de reojo mira que Erika parece dudar un poco.

─Se supone que es una noche de chicas – Comenta Erika con una mueca en su rostro.

─No que estamos buscando el polvo de la noche ─ Señala ella, quería salir pero no a costa de parecer una regalada.

Frente a ellas habían extendidos dos vestidos que les prestó la prima de Erika, el primero era uno negro con escote en forma de v en los senos no muy pronunciado, sin embargo la espalda no corría con la misma suerte también con un escote en v pero que llegaba hasta la espalda baja, era demasiado revelador para su gusto ¡allá afuera hacía frío!

El otro vestido era en un tono vinotinto con escote en forma de corazón y en la espalda aunque también era un escote en v, esta era más recogida y tenía finos tirantes para ajustar el vestido, lo malo, era más pequeño que el anterior.

─Tu prima tiene serios problemas ─ Dijo sin más al ver los atuendos.

─Sí, ya me di cuenta – Suspira ─. ¿Y si buscamos algo más acorde para nosotras en tu armario? – Preguntó.

Ella asiente y ambas se encaminan hacia el armario. Tres horas después ya estaban bañadas, vestidas y maquilladas, Erika tenía puesta una falda azul rey ceñida hasta la altura de su ombligo, que acompañaba con una blusa blanca de hombros descubiertos y manga larga, los accesorios eran dorados y tenía zapatos de tacón del mismo color.

Melody por su parte llevaba unos pantalones entallados en color blanco a juego con una camiseta negra sin mangas, como accesorios tenía un pequeño collar en forma de nota musical color dorado y como calzado, llevaba unos botines de tacón negros que se había comprado en sus inicios en la FBI.

El maquillaje de ambas no era sutil pero tampoco muy extravagante, era lo justo y necesario para pasar una buena noche de chicas y capturar miradas a su paso.

Poco pasada las 22 horas llegaron a la disco encontrándose con una amplia fila de personas que se extendía justo en la entrada del lugar, ellas descendieron del taxi y caminaron con seguridad hacia el guardia de la entrada, ignorando las quejas y reproches de los demás. El moreno le sonrió a Erika y las dejó pasar hacia el interior, era primo de Groger y Erika lo conocía muy bien, le había comentado que en el pasado salieron pero no funcionó.

El lugar estaba abarrotado de personas y Melody sentía que si aquel moreno dejaba entrar a alguien más ese sitio iba a explotar porque apenas y podía respirar. Como pudieron se abrieron paso entre tanta gente con dirección a la barra, esa noche ella no era el barman y lo agradecía enormemente.

─ ¡Sí!, ¡Esto es una putada! – Gritó Erika luego de tomarse cinco vasos de tequila mientras bailaban en mitad de la pista, o mejor dicho, saltaban junto a otro grupo de personas con aquellas luces de todos los colores que ya empezaban a marearla un poco.

─ ¡La mejor noche de chicas! – Gritó ella por encima de la música, bastante emocionada por el alcohol en su sistema.

La canción cambio de pronto a una más hacia el género rock y todos los presentes gritaban la letra a todo pulmón mientras bailaban, ellas no se quedaron atrás bailando y gritando partes de la canción que realmente desconocían, terminando solo riéndose cuando la canción se equivocaba.

─Esa canción no sabe una mierda ─ Erika hizo un puchero ridículo, mientras se dirigían al baño por necesitaba orinar.

Melody solo pudo reír sin control pegada a la pared, aguardando que la fila de mujeres avanzara o terminaría haciéndose en sus pantis de algodón.

Dean MichelakisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora