Una hora después Melody miraba con tristeza hacia la puerta de entrada, Erika había tenido que irse a por algo de comer y ella se había quedado allí, sola, con la esperanza de verlo atravesar esa puerta de madera.
En esos momentos no sabía cómo sentirse, había recordado poco a poco lo sucedido, ese lugar oscuro y húmedo pero no recordaba cómo había llegado hasta allí ¿y si fue él quien la salvo? Pero si fue él quien la salvo ¿dónde estaba?, ¿Por qué no estaba con ella?, ¿Por qué la había dejado sola?
Y luego estaba el bebé, su bebé. ¿Cómo era posible?, ¿Acaso Dean no usaba protección siempre? Pero luego recordó aquella primera noche en Italia, él no se había protegido y ella no se había negado, se necesitaban tanto que no pudieron contenerse y ahora, llevaba en su vientre un pequeño fruto del amor que sentía hacia él, pero él no estaba para saberlo.
Cabizbaja se acomodó en una posición mejor que le permitiera observar a detalle la puerta, no perdía la esperanza, sabía que él pronto volvería. O eso esperaba.
De pronto la puerta fue abierta y ella levantó la vista esperanzada, pero su sonrisa decayó al ver a la enfermera que la atendió anteriormente. La mujer era algo rellena, con un moño alto escondiendo su cabello castaño a través de un gorro blanco, lucía un pantalón blanco a juego con su camisa y zapatillas del mismo color, ella le sonrió mientras entraba a la habitación observándola mientras hacía algunas anotaciones en su reporte.
─No pareces muy feliz de verme, ¿Estabas esperando a alguien? – Preguntó caminando hacia ella.
─La verdad sí – Dijo con tristeza mientras bajaba la mirada hacia sus manos.
─ ¿Esperabas a tu amiga? – Preguntó observando su rostro entristecido.
─No, esperaba a... ─ ¿Cómo podía decirle?, ¿Su novio?, ¿Su amigo?, ¿Cómo? Si ella misma se había negado a darle un nombre ─ Ya no importa – La miro y le dedicó una pequeña sonrisa que no se reflejaba en su mirada. La mujer asintió y comenzó a revisar los resultados que se mostraban en las máquinas.
─Sabes, a veces el amor duele ─ Ella la miro ─. A veces suceden cosas tan inexplicables que nos lastiman, que no comprendemos pero con el paso del tiempo le encontramos el sentido.
─ ¿La han lastimado antes?
─Creo que a muchas personas querida, le cuestión es no dejarse caer – La miro a los ojos ─. No sé quién sea él, ni por qué no está aquí, no sé por qué huyó pero sí sé que llevas un bebé en tu vientre y, por ese bebé debes pelear, vivir y salir adelante.
─ ¿Huir?, ¿Cómo que huyó? – Pregunto desconcertada.
La mujer suspiro, anotó algo más en su reporte y luego volvió a mirarla.
─El que te ingresaron te trajo cargada e inconsciente un hombre de cabellos negros, él parecía preocupado y estuvo por horas en la sala de espera, aguardando a saber lo que había pasado contigo ─ Melody trajo saliva, ¿él la llevó hasta allí? ─. Él estaba acompañado de tres mujeres y unos cinco hombres, cuando la enfermera salió y le habló de tu estado, él solo agradeció y se fue.
─ ¿Se fue? – Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
─Sí, se fue ─ Tomó un pañuelo que llevaba en su bolsillo delantero y se lo entrego, la castaña lo tomo entre sus manos para limpiar sus lágrimas.
─Pero... ¿por qué?
─No lo sé querida, solo sé que se fue sin voltear atrás. Aunque envió a uno de esos hombres para costear la cuenta ─ Ella la miro aún con el pañuelo entre sus manos ─, pero ya una de las mujeres se había hecho cargo de eso y ella le ordenó a ese hombre llamar a tu amiga, ella llegó minutos después y espero con otro chico hasta que fuiste ingresada a esta habitación. Desde entonces te ha cuidado y acompañado, solo ella y a veces el chico ─ Ella asintió comprendiendo que con el chico se referia a Groger, pero lo que no entendía, es por qué él se fue dejando sola.
Luego de eso ninguna de las dos dijo algo más, la enfermera siguió con su trabajo y luego se despidió, saliendo de la habitación y volviendo a quedar ella sola con sus pensamientos.
No entendía muchas cosas pero la principal era el motivo por el que Dean se había ido, ¿tendría cosas por hacer? Tal vez asuntos familiares, pero si fuera así, hubiera dejado a alguien para cuidarla ¿verdad?
Conforme pasaban los minutos más se acostumbraba al hecho de que él no estaba junto a ella porque así lo quería, ¿se habría enterado del bebé?, ¿Por eso la había abandonado? No, no lo creía, no creía que él pudiera abandonarla al saberla con un hijo suyo pero ¿por qué demonios no estaba allí con ella?
─Maldición, necesito respuestas ─ Se dijo a ella misma, pero el problema, no sabía dónde encontrarlas.
Al día siguiente.
─ ¿Entonces ya puedo irme? – Le preguntó al doctor que analizaba sus exámenes, de acuerdo con él todo estaba en orden, ella esperaba poder salir de allí pronto no le agradaban los hospitales.
─No – Dijo el hombre mayor mirándola con seriedad ─, debe aguardar por lo menos una noche más aquí para asegurarnos de que no se presentaran inconvenientes con usted ni con el bebé, es necesario mantenerla bajo cuidado por lo menos esta noche, el nivel de deshidratación en su sistema era impresionante y es un milagro que el bebé esté estable, preferimos tenerlos bajo observación – Ella asintió al escuchar sus palabras, comprendía lo que decía lo importante ahora era su bebé.
Minutos después el doctor tuvo que retirarse porque debía atender a otro paciente, ella quedó allí con su bebé observando por la ventanilla que tenía a su derecha, todavía no le era permitido levantarse pero por lo menos desde allí podía ver el hermoso atardecer que se mostraba ante sus ojos, de seguro no faltaba mucho para que Erika llegase, ella le había prometido acompañarla al igual que lo hizo la noche anterior.
Erika había sigo un gran apoyo para ella ante la ausencia de Dean y ahora que sabía prácticamente la había dejado a su suerte, comprendía que él no iba a volver, porque si realmente la quisiera no se hubiera ido desde un principio.
Mirando su plano vientre pero con la certeza de que un pequeño ser crecía en su interior se abrazó, queriendo transmitirle amor y calor a su pequeño o pequeña.
─Siempre te voy a amar, nunca lo dudes. Estaré para ti en todo lo que necesites, no te prometo lujos pero sí mucho amor ─ Sonrió con tristeza ─. No sé por qué él no está aquí con nosotros, pero te prometo que haré todo lo posible para que no lo necesites ─ Una lágrima descendió por su mejilla derecha ─. Para que no lo necesitemos.
Ella miro a través de la ventana y sonrió.
─Espero que saques el color de sus ojos, son muy hermosos y verlos en ti mi pequeño, sería un regalo de la vida ─ Se abrazó más ─. Aunque tú ya eres el regalo que me ha dado la vida, las fuerzas que necesito y el recuerdo de que ahora no estoy sola, porque te tengo a ti.
Las lágrimas descendían por sus mejillas sin control pero ella no se permitió retirarlas, quería que fluyeran, liberarse. Ya no quería nada más formará un nudo en su garganta o que el vacío en su pecho la abrumara, ella quería lo mejor para su bebé y para darle lo mejor tenía que estar en paz consigo misma.
Sí, él no estaba con ellos y sí, claro que le dolía. Pero ahora tenía un bebé que dependía de ella y estaba dispuesta a cuidarlo de cualquier manera.
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Dean Michelakis
RomanceMelody Croswell ha perdido todo cuanto había construido, su trabajo, su hogar, todo lo que ella conocía como su vida soñada se ha desboronado en tan solo segundos. Ahora tiene que enfrentarse a su nueva realidad, sin saber que esto también cambiará...