Capítulo XIX

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Roma, Italia.

Días después.

Caminaban tomados de la mano admirando el lugar, ese era su último día en aquellas majestuosas calles, había pasado junto a Dean una increíble semana y solo había dejado que fuera una semana luego de que él le asegurara que no tendría problemas con su trabajo, no quería perderlo pero él le había dicho que cuando regresaran su puesto estaría allí, esperándola.

Esa misma noche partirían de regreso a Seattle y aunque quisiera que eso nunca terminara, sabía que en algún momento tendría su final y debían regresar a sus vidas reales.

─ ¡Bombón! – Exclamo un rubio sacándola de sus pensamientos y con los brazos abiertos, él sonreía caminando hasta ellos.

Confundida observó al pelinegro a su lado, justo en el momento que él rodó los ojos con evidente fastidio.

─Fabricio, ¿qué haces aquí? ─ Lo miro no comprendiendo su presencia, era italiano pero él vivía en Nueva York, no allí.

El rubio lo miro con sorpresa y él aprovechando el momento, soltó la mano de Melody para tomar su cintura y acercarla a su cuerpo.

─ ¿Quién es ella? ─ Preguntó en italiano señalando con desprecio a Melody, haciéndola sentir un tanto incómoda.

─Su nombre es Melody y es mi mujer ─ Dijo el griego dejando un pequeño beso en la cien de su chica.

─Eso a mí...

─Deja los celos Fabricio ─ Lo interrumpió una despampanante rubia, ella lucía un vestido azul marino ceñido al cuerpo con un pronunciado escote, acompañado de zapatos de tacón en negro, una cartera negra y una chaqueta ejecutiva negra sobre sus hombros.

─Pero él me está... ─ El rubio iba a excusarse pero ella lo interrumpió otra vez.

─Dean no es tuyo ─ Dice acercándose al mencionado y dándole un beso en la mejilla ─, es de mis hermanas y mío ─ Dijo sonriéndole al griego que le regreso la sonrisa ─. Así que nada de celos porque no recuerdo que te compartiéramos nuestra propiedad.

─ ¿Ahora soy una propiedad? – Pregunto divertido levantando una ceja.

─Nuestra propiedad ─ Dijo ella abrazándolo ─, y solo te hemos prestado un tiempo a ella ─ Dijo refiriéndose a Melody.

Una punzada de dolor se instaló en su pecho al escuchar sus palabras, por algún motivo quería gritarle ante sus palabras pero en cambio, intentó zafarse del agarre que tenía él sobre ella pero se lo impidió, afianzando el abrazo y acercándola más a su cuerpo.

─Freya, estás incomodando a Melody – Dijo él reprendiéndola, ganándose una mirada de indignación por parte de la rubia.

─Dean Michelakis, ¿me estás diciendo que la prefieres a ella antes que a mí? – Su indignación era impresionante.

─Freya eres mi hermana y Melody es mi mujer, ambas están en igualdad de posiciones y ambas merecen respeto ─ Aclaró él, sabiendo que su hermana podía sobre dramatizar una situación simple.

Melody miro la indignación de la rubia pero luego se sorprendió al escuchar su risa, Freya se acercó a su hermano y le dio un sonoro beso en la mjejilla, observó a Melody y le regaló una pequeña sonrisa.

─Disfruten de su paseo, nosotros seguiremos con nuestras compras ─ Dijo señalando al rubio que los miraba en silencio.

─Espera ─ La rubia lo miro atentamente ─, ¿qué haces aquí en Italia? ─ Pregunto al recordar que no le había mencionado sobre su viaje a Italia.

Dean MichelakisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora