Capítulo IX

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Al día siguiente.

Ella despertó a la mañana siguiente debido a la luz que se filtraba a través de la terraza, gruñendo se removió en la cama y cubrió su cuerpo con las suaves sábanas. Alguien tocó a la puerta y gruñó no muy contenta, no le gustaba ser despertada, era algo que odiaba.

Sin esperar a su confirmación una chica morena entró en la habitación sorprendiéndose al verla en la cama y siendo observada con un ceño fruncido en su rostro de la castaña.

─Disculpe, no sabía...

─ ¿Qué hora es?

─Son las 7.30 am ─ Dijo la chica observando disimuladamente el desastre que era la habitación.

─ ¿Por qué limpian la habitación tan temprano? ─ Cuestiono de malhumor.

─Bueno... ─ Fue interrumpida por una hermosa rubia que salió detrás de la chica.

─Es costumbre de Dean ─ Miro a la chica del servicio ─, pero tengo entendido que mi hermano dio la orden de que no entrarán a su habitación y no molestarán a la castaña que aguardaba aquí.

─Yo no recibí esa información ─ Dijo la chica pareciendo querer huir en cualquier momento.

Melody se removió incómoda cubriéndose más con las sábanas, estaba desnuda y lo que menos quería es que esa chica del servicio y la hermana de Dean la miraran en ese estado.

─ ¿Segura? Porque yo recuerdo haberte visto en el grupo cuando dio la orden esta mañana ─ La rubia no estaba para nada contenta, incluso parecía que en cualquier momento la echaría de allí.

La chica la miró y sus ojos se llenaron de lágrimas al verse descubierta, frunciendo el ceño Melody la analizó, era baja y de piel morena, llevaba puesto el uniforme del servicio que consistía en un vestido rosa pálido que llegaba hasta las rodillas acompañado de un delantal blanco, zapatillas blancas y el cabello lo llevaba recogido en una trenza.

─Entonces, ¿por qué no cumpliste la orden? ─ Se cruzó de brazos mirándola desafiante.

─Señorita Rebekah, su hermana está solicitando su presencia – Se acercó uno de los guarda espaldas de Dean hacia la rubia, el moreno de cabello negro, él levantó la vista de la rubia y la miro con lujuria haciéndola cubrirse todavía más.

─Mi sugerencia es que dejes de ver a nuestra invitada, Jackson ─ Lo reprendió la rubia ─. Y tú ─ Señaló a la chica ─, que esto lo vamos a arreglar con Freya.

La rubia cerró las puertas tras de ella llevándose al moreno y a la chica lejos de aquella habitación. Confundida por el inicio de su mañana se levantó de la cama todavía cubriéndose con las sábanas, no fuera que abrieran la puerta otra vez y la vieran como Dios la trajo al mundo.

Camino hasta el baño y una vez dentro se permitió dejar las sábanas luego de cerrar la puerta con pestillo.

El baño consistía en un lavamanos nada más entrar y que justo al lado tiene el escusado, luego se muestra una hermosa y lujosa bañera rodeada de mármol siendo está el centro de atención del baño y, al lado de ella está la ducha que queda oculta para la persona que mire el lugar desde la puerta.

Ella se miró en el espejo comprobando el rubor que tenían sus mejillas, la leve hinchazón y enrojecimiento de sus labios producto de los besos compartidos dándole un tono carmesí más pronunciado del habitual. Se sorprendió al ver los pequeños chupones en el valle de sus senos y que, aunque en otra situación la hubiese enfurecido en ese momento solo lograba hacerla sonreír al recordar la pasada noche y cómo ese hombre la había hecho suya, su tacto, su olor, su calor, todo, la hacía recordar lo bien que se había sentido al estar entre sus brazos, al tenerlo entre sus piernas.

Dean MichelakisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora