─Dean – Se acercó y tomó sus grandes manos entre las suyas ─, yo no te he pedido que cambies tu vida por mí, al final apenas nos estamos conociendo, yo solo quería conocer un poco más, saber más de ti – Humedeció sus labios y lo miro a los ojos ─. Y sí sé que tendría que haberme hecho una idea, confieso que me hice una idea pero quería que fueras tú quien me lo dijera.
Se quedaron en silencio por unos minutos que parecieron eternos, hasta que ella lo rompió.
─También debo admitir que te investigué un poco luego de esa noche y descubrí que ustedes perdieron a un familiar.
Él la miro sorprendido.
─ ¿Cómo supiste eso?, ¿Sigues trabajando para ellos?
─No, solo que hace un año información de la FBI se filtró en la web oscura y cuando estaba buscando información sobre ti, no encontré nada más que datos sobre tu hermana y su relación con sus empresas – Aclaró ─. Entonces, indagué un poco más encontrando en una página un video que no da nombres pero sí evidencia un evento en donde uno de tus familiares murió, bueno, era un puente y no se distinguían mucho los rostro pero pensé que había sido tú el que estaba allí, ¿o me equivoco?
Ella lo miro directo a los ojos buscando respuestas, Dean se quedó en silencio por unos segundos antes de asentir.
─Somos cuatro hermanos, soy el mayor de tres bellas mujeres – Sonrió ─. A Rebekah y Freya ya las conoces – Ella asintió ─, nuestra última hermana se llama Tamara es la menos de todos siendo la luz de nuestro hogar hasta que algo sucedió y todo cambió ─ Apretó los labios al recordarla ─, ella presencio la muerte de nuestros padres. Ella los vio en su último momento de vida.
Melody observó la tristeza que tiñó sus azules ojos, había dolor y rabia. Dean había guardado esos sentimientos por mucho tiempo y ahora por fin se estaba abriendo con alguien.
Ella acaricio su brazo intentando darle apoyo, no quería presionarlo a que continuará, por mucho que se notara que él necesitaba continuar para sacar la ira que guardaba en su interior.
─ ¿Qué ocurrió exactamente con ella? ─ Preguntó recordando el auto volteado en el video.
─Si viste el video supiste de una persecución en donde ella estaba ─ La miro, ella asintió ─, ese día Tamara murió ─ Dijo recordando sus ojos azules tras el antifaz, quería a Melody pero no podía revelar el secreto de su hermana, no si ella no le daba su consentimiento.
─Dean lo lamento tanto ─ Dijo ella abrazándolo para darle cariño, sin saber que realmente Tamara había muerto pero Alicia había nacido.
La abrazó con fuerza, se sentía mal por mentirle cuando ellos se estaban sincerando tanto, cuando las cosas podrían al fin funcionar pero a él no le correspondía revelar ese secreto y menos si podía correr la suerte de que se enterara él. Tamara no quería ser encontrada y él iba a respetar su decisión, como siempre.
─No quiero hablar sobre ella Melody, por favor ─ Ella asintió comprendiendo su dolor.
Se quedaron abrazados por un tiempo más, mientras transcurría el viaje ya solo faltaba una hora para que arribaran en Roma, estaba contenta porque conocería un lugar nuevo y sentía que Dean y ella estaban progresando, él se abrió y le contó su verdad, su vida. Y ella no estaba más que satisfecha con los resultados, a la final que la raptara fue una buena opción por parte del griego.
Cuando faltaba solo 40 minutos para llegar a su destino tomó el bolso y fue al baño para cambiarse, como le dijo Dean, no quería llegar con un camisón al aeropuerto y mucho menos al hotel donde se hospedarían.
En el bolso estaba un jean negro, una camiseta azul rey, sus botas negras y ropa interior nueva. Decidió dejarse las mismas bragas que tenía puestas, no tenía cómo tomar un baño así que debía esperar a llegar al hotel, por lo que no quería ensuciar esas bragas que el trajo.
Ella se quitó la chaqueta de Dean seguida de su camisón quedando en unas pantis blancas, se colocó el sujetador negro y se vistió, cuando estuvo lista miro su reflejo en el pequeño espejo que había en aquel cubículo, tenía un poco de ojeras y su cabello estaba despeinado.
─Pero que horrible aspecto tienes mujer – Se dijo a sí misma al observarse, con sus dedos intentó peinar su cabello teniendo algo de éxito y agradeciendo que este fuera completamente liso.
Cuando estuvo lista salió del baño encontrándose con Dean apenas abrió la puerta.
─Ya venía por ti, estamos a punto de arribar en Roma y debemos tener los cinturones de seguridad – Dijo mirando sus labios.
Ella asintió y colocando una mano en su pecho dijo:
─A ponerse esos cinturones entonces – Él asintió y la siguió por el pasillo hasta que llegaron a sus antiguos asientos, cuando se estaban colocando los cinturones Trent y Hank entraron, sentándose en los asientos detrás de ellos para ponerse los cinturones ─. Ya decía yo que no los había visto – Dijo ella mirando hacia esos dos hombres.
─Estaban junto al piloto para dejarnos solos – Ella asintió comprendiendo.
El avión descendió deslizándose por la pista del Aeropuerto Internacional Leonardo da Vinci, minutos después el avión se detuvo y en los parlantes se escuchó la voz del piloto informando que habíamos llegado a nuestro destino. Ella miro emocionada a Dean que le dedicó una sonrisa antes de inclinarse y robarle un pequeño beso.
─Me moría de ganas por probar esos dulces labios ─ Dijo sobre sus labios, ella rio y lo atrajo más hacia sí.
─Entonces bésalos ─ Dijo antes de darle un beso apasionado, demostrándole su necesidad y deseo por él, porque sí, ella lo había echado tanto de menos.
Ellos descendieron del avión a través de una escalera, la cual justo al final un auto los esperaba para ser llevados a la ciudad donde pasearían un poco y comerían algo.
Dean no aguardó a que alguno de sus hombres abriera la puerta, él mismo lo hiso y la ayudó a entrar para luego hacerlo él. Hank y Trent se ubicaron en los asientos delanteros, Trent conduciendo y Hank de copiloto.
El chico del alquiler de autos le dio unas instrucciones a Trent sobre el método de pago y qué debía hacer si se presentaba algún percance, luego de eso, salieron por la entrada privada de la vista hacia el exterior donde los esperaba un lugar nuevo por conocer, o bueno, nuevo para ella.
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Dean Michelakis
RomanceMelody Croswell ha perdido todo cuanto había construido, su trabajo, su hogar, todo lo que ella conocía como su vida soñada se ha desboronado en tan solo segundos. Ahora tiene que enfrentarse a su nueva realidad, sin saber que esto también cambiará...