Capítulo XII

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Holaa he vuelto jeje, lamento perderme todo este tiempo pero estaba con cositas de mi graduación y bueno.

Este capítulo es uno de mis favoritos porque es a partir de aquí que la cosa empieza a ponerse buena jeje, espero lo disfruten ¡un abrazo enorme!


Al mirarse en el espejo de cuerpo completo sentía que no se reconocía, parecía que era una bailarina con años de experiencia, era como ver a la Diosa pero con el cabello castaño y ojos grises, claro con más busto porque el escote apretaba un poco sus senos haciéndolos sobresalir.

Justo en ese momento no parecía la mujer que hace ya meses abandonó el trabajo por el que mucho tiempo soñó pero que fue justo cuando lo abandonó que se dio cuenta que no era la gran cosa, claro, aunque en ocasiones extrañaba sus misiones y tenía algunos buenos recuerdos.

No parecía ella para nada, sus mejillas estaban sonrojadas por el maquillaje y su figura se veía exuberante con ese body, además su cabello caía suelo en cascada lacio pero brillante, era una Melody diferente, renovada.

Pequeños golpes la sacaron de sus pensamientos, la puerta fue abierta y una sonriente Erika la saludo admirándola orgullosa por su aspecto.

─ ¿Estás lista?

─Más que lista – Le regresó la sonrisa.

Ambas salieron justo en el momento que las luces se apagaron, dejando el lugar en una oscuridad casi absoluta si no es por las tenues luces que iluminaban la barra y el lugar donde estaba la banda.

Los gritos no se hicieron esperar y Groger, quien hizo de presentador esa noche porque era una bailarina completamente diferente, tomó el micrófono y habló saliendo detrás del telón donde ellas se encontraban:

─Esta noche tenemos una invitada especial – Los tambores comenzaron a sonar para darle suspenso al momento. Erika apretó su mano intentando darle apoyo ─. Ella es sensual, con curvas sin igual, posee unos ojos que te pueden hipnotizar. Ella es maravillosa, todos al verla la anhelaran, desearan pero eso sí, nada de tocar – Los gritos aumentaron y con ellos sus nervios también, respirando hondo para controlarlos le regresó el apretón a su amiga ─. Ella es ¡la sirena!

Soltando la mano de su amiga salió de detrás del telón, quedando justo en frente del foco de luz que la cegó un poco ante tanta oscuridad. Cuando logró recomponerse comenzó a moverse al ritmo de Lady Mamalade recordando los bailes de las cantantes desplazándose a lo largo del escenario.

Los clientes lanzaban billetes y eso la sorprendió un poco, era la primera vez que veía que hacían eso con otra bailarina que no fuera la Diosa. Con una sonrisa juguetona los recogió porque, ¡claro que los necesitaba!

A mitad de la canción el tubo descendió y miro hacia Erika quien mostraba estar sorprendida, pero recordando las clases de pole dance que tomó cuando joven antes de unirse a la FBI, camino con soltura hasta él y cuando lo tuvo en sus manos hizo movimientos de caderas incitando a los clientes y demostrando todo aquello que había aprendido en su momento, no se atrevió a ir más lejos que un simple juego, no quería dislocarse alguna parte de su cuerpo por el tiempo que no practicaba el deporte.

Cuando la canción estuvo a punto de llegar al final dio varias vueltas quedando justo en frente de la mesa donde solía sentarse Dean, encontrándose con la hermana de él que le dio una paliza a uno de sus guardaespaldas y una pelirroja junto a ella. Desilusionada porque debía estar consciente que él no estaría ya que llevaba días sin ir, se agachó y luego de manera rápida se levantó, dando por finalizado el espectáculo.

Con una última sonrisa y los gritos de los clientes aplaudiendo, se alejó hacia el telón donde Groger y Erika la esperaban para evitar que algún cliente quisiera sobrepasarse con ella.

─Tú enserio sabes bailar, nena ─ Dijo Erika asombrada cuando regresaron al camerino.

Ella le hizo una seña para que cerrase la puerta mientras se acercaba a la mesa quitándose los accesorios.

─Solo fue un baile ─ Le restó importancia.

El silencio se hizo entre ellas, era algo inusual así que curiosa observó a su amiga que se mantenía contra la puerta y le hizo una seña para que hablara, sabía que tenía algo que decir.

─ ¿Por qué no viniste por el puesto de bailarina? Pagan mucho mejor por ese.

Ella solo la miró sopesando su respuesta, el puesto de bailarina no era algo que le interesara del todo y lo de hoy solo lo había hecho porque veía la frustración que había en el rostro de su amiga, solo fue por ayudarla.

─Prefería ser otra cosa ─ Se encogió de hombros, inclinándose para quitarse el calzado ─. No lo tomes a mal pero no es lo mío, lo de hoy fue solo por ayudarte, nada más.

─Pero lo haces muy bien ─ Ella asintió sin acotar nada, no quería seguir con esa conversación.

Se levantó y dándose la vuelta le pidió ayuda para que bajara el cierre, mientras sacaba los billetes recogidos de su escote.

Minutos después sin maquillaje y con su ropa de siempre salió del camerino junto a Erika quien se encargó de cerrar la puerta una vez estuvieron fuera, lo vivido fue una buena experiencia pero allí quedó, en solo una experiencia.

Dos días después.

Melody despierta acalorada al evocar en sus sueños lo vivido ya hace varias noches junto a Dean, desde lo ocurrido entre ambos así eran sus despertares bajo la simple ilusión de que todo aquello se repitiera, de ver sus ojos azules recorriendo su cuerpo, anhelándola, deseándola. Pero no lo había vuelto a ver y ya sentía que estaba muy lejos de volverlo a ver.

Con ese pensar se levantó y fue al baño, se miró en el espejo y considero que sería bueno retornar el trote a las mañanas, algo que había dejado desde que renunció a la FBI. Por lo que sin desayunar se cambió colocándose un conjunto deportivo azul oscuro y rayas blancas, se colocó sus botas desgastadas y salió a recorrer las calles de Seattle, necesitaba despejar su mente.

Dean Michelakis.

Atenas, Grecia.

Frunció el ceño al mirar el informe que minutos antes Hank le había entregado, arrugando los papeles por la ira levanto la mirada encontrándose dos pares de ojos sobre él, expectantes.

─Nos robaron ─ Siseo con rabia, tomándose el contenido de su vaso de whisky.

─ ¿Quién? – Preguntó Rebekah, frunciendo el ceño.

─Los Areleus, se llevaron todo cuanto les habíamos dado y han desaparecido.

Freya lo analizaba desde su lugar frente a él en uno de los sillones de su despacho, Dean estaba tenso y ya tenía varios días así, sabía por buena fuente que no era solo por los Areleus sino también por cierta castaña y más luego que se enteró que había bailado esa noche en el burdel, porque estaba segura de que Hank le fue con el cuento.

─ ¿Qué planeas hacer? – Preguntó ella recargándose en el espaldar de su asiento.

Dean intentaba pensar en una solución al problema, esa familia había movido muy bien sus cartas y él los subestimo, pero ahora eran ellos quienes lo subestimaban y estaban muy equivocados si pensaban que se quedaría con esta, y es por ello que solicitó la presencia de sus hermanas, necesitaba de su ayuda para acabar con ello lo más pronto posible.

Pero por otro lado estaba Melody, esa pequeña castaña no quería salir de sus pensamientos haciéndolo evocar una y otra vez lo que había vivido, pero estaba molesto. Molesto porque Hank le había informado que hace dos noches cuando acompañaba a Freya y Alicia a una noche en el burdel, la Diosa no se presentó pero si lo hizo cierta castaña haciéndose llamar, la Sirena por lo que ese era otro asunto que debía solucionar.

Suspirando frustrado decidió alejar a Melody de sus pensamientos para poder analizar mejor la situación a la que se estaban enfrentando.

─Rebekah necesito que junto con el personal de seguridad, ayudes a encontrar a esos malditos ─ Su hermana asintió bajo la orden ─. Y Freya prepárate, porque cuando los encontremos acabaremos con esos imbéciles uno por uno.

Dean MichelakisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora