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Me reí al ver su cara. Probablemente era mi papá diciéndome que nos teniamos que ir o algo.

Matías se acomodó en su silla, se acomodó la ropa todo y yo abrí la puerta.

— Hola — saludo a Matías con un beso — Hija nos tenemos que ir al supermercado, queres que compre algo? — me preguntó

— Eh, no tranqui, anda y después si me acuerdo de algo te mando un mensaje.

— Bueno dale, chau chicos — saludó Hugo y cuando cerré la puerta Matías suspiro aliviado.

— Los 3 peores minutos de mi vida — exageró el, haciendo que yo me ría

— No seas exagerado — le pegué en el brazo.

— Te quiero ver a vos cuando conozcas a mi familia, eh — me señaló y yo me sonrojé — Te pones roja — se rió

Me hice la ofendida unos segundos, pero ver su cara me dió risa y no pude más.

— Encima soy re timida yo — me tapé la cara con las manos — No se cómo voy a hacer.

— Yo tambien soy tímido, hasta más que vos diria.

— No parecías tímido el dia que nos conocimos — se rió Matías y se tapó la cara con vergüenza.

— Dios mio, no sabía con que cara verte después de todo eso, que vergüenza — me hizo reír a mí — Alejo y Brian me siguen jodiendo hasta el dia de hoy, casi 3 meses después.

— Los quiero ver a los chicos, hace banda que no los veo. — pensé en voz alta — Nos tenemos que juntar.

El estaba de acuerdo conmigo.

Para no estar toda la tarde al pedo tirados en la cama, lo invité a tomar un helado conmigo. Había una heladería cerca de mi casa así que podíamos ir caminando tranquilamente.

Me abrigue un poco más y emprendimos viaje hacia la heladería. En una pisé una piedrita del piso y casi me caigo. Matías no podia parar de reirse.

— Mira si me quebraba la pierna en dos y vos riéndote como un boludo — le recriminé, a lo que el levanto los brazos  — Me vez cara de payaso que tanto te reís?

— Si — me abrazó por los hombros y seguimos caminando con normalidad.

Cuando llegamos, yo me pedi mi helado de dulce de leche granizado y chocolate. El, en cambio, se pidió frutilla a la crema y vainilla.

— Que gustos de mierda que te pediste Mati — comenté, haciéndolo enojar.

— Y si bolu, te tendrías que haber dado cuenta desde el momento que empecé a hablar con vos que tenia gustos de mierda — se las ingenió en su respuesta, haciendo que yo abra la boca sin poder creer lo que dijo.

— Te fuiste a la mierda Matías Soulé!

— Yo solo te respondi, Victoria — me jugó con la misma moneda.

Definitivamente me encantaba pasar el rato peleando con el en joda. Era muy divertido.

Cuando terminamos el helado, fuimos a dar una vuelta por los locales que habia ahí cerca.

Tenia mucho frío y haber tomado el helado no ayudaba, pero valia la pena totalmente por lo rico que estaba. Agarré su mano en busca de calor y funcionó, ya que tenia la mano caliente.

— Estas helada hija de puta — separó su mano de la mía.

— Noo, dale tengo mucho frio — agarró mi mano nuevamente.

Paramos en un local que vendían boludeces y entramos.

— Por si no tenes camiseta para la semana que viene — señalé una camiseta trucha y el río.

midnight rain - matias souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora