33

2.7K 240 17
                                    

Narra Matías

- ¿A Italia? - preguntó sorprendida, a lo que asentí, nervioso

— Podes impulsar tu carrera de youtuber allá, además estaríamos juntos — intenté convencerla, pero me miraba con desconfianza.

— Dame un tiempo para pensarlo — exclamó y yo asentí, abrazándola por los hombros.

Sinceramente no la podía dejar de mirar. El viaje que parecía una locura, e imposible de hacer, cada vez estaba más seguro en lo bien que hice en venir a verla a ella.

— Deja de mirarme — se rió ella mientras jugaba con mis dedos, sin dejar de tener contacto fisico entre nosotros.

— No puedo.

Vi como sonrió y me aplaudí mentalmente.

— Sos un chamuyero.

Sonreí dándole un beso, que terminó cuando escuchamos el timbre.

— Debe ser Giulia — mi novia se paró a abrirle a su amiga — Pasá.

Saludé a su amiga, quien se sorprendió al verme acá. Empezaron a comer las pizzas que había cocinado Hugo, mi suegro.

— Mati, decime que están ricas las pizzas — me preguntó él, poniendo una mano en mi hombro.

— Están riquisimas — admiti y el aplaudió.

— Te lo dice porque te tiene miedo nada más — jodió mi novia y yo le hice mala cara.

Empezaron a llegar sus amigos de la facultad, a lo que salude y bueno empezó la previa. Mi novia había comprado alcohol para tomar, pero decidí no tomar.

No eramos muchos, pero estabamos hablando todos muy bien. Estaba esperando a que llegue Brian, sinceramente. Me cuesta abrirme con gente que no conozco.

— ¿Querés? — me ofreció mi novia un vaso de Fernet, a lo que negué con la cabeza.

Estaba sentado y sonreí cuando se acercó a mí para darme un beso. Sentí en sus labios el gusto a Fernet.

— ¿Te cayeron bien? — sonreí ante la pregunta.

— Son re piolas.

En el parlante donde estabamos escuchando música sonaba Fue lo mejor del amor de Rodrigo.

Me pare de la silla y la hice dar una vueltita, bailando. Estaba medio duro bailando para ser sincero, pero la situación lo ameritaba.

Nuestras manos estaban agarradas y nos movimos a la par de la música. Por más que el baile no era lo mío, disfrutaba hacerlo con ella.

Luego de un rato nos sentamos en la mesa, para cantarle el feliz cumpleaños.

Llego Brian y me senté junto a él.

Cuando le cantamos el feliz cumpleaños, no pude evitar sonreír al verla contenta, rodeada de sus amigos.

La mamá estaba con su celular sacándole fotos y nos pidio que nos acerquemos todos a ella para sacarnos una en conjunto.

Quede entre Brian y Giulia, sonreímos para la foto, abrazándonos por los hombros.

— Ahora una con el novio — exclamó Brian haciéndome reir, es un boludo.

Me acerqué a mi novia y pose una mano en su cintura. Ella apoyó su cabeza en mi hombro y ambos sonreímos para la foto.

Bajé la mano para su espalda baja, tocándole el culo con intención y sin que nadie se diera cuenta.

midnight rain - matias souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora