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El dia martes llego, y la tristeza tambien. Habia desaprobado el parcial que hice cuando estaba enferma y encima con un 2. Estaba muy de mal humor.

Ni le conte a mis papás, porque me iban a empezar a joderme y la verdad que no tenia ganas de lidiar con nadie.

Manejaba unas malas vibras impresionantes. Giulia se había sacado un 7, asi que tampoco me podia descargar con ella porque no queria amargarla con mis problemas. Simplemente estaba estresada.

Mi día después de la facultad se basó en comer y deprimirme. No hay nada peor que estar frustrada con uno mismo y esto iba mas allá de las notas. No sentía que era alguien que iba a llegar lejos, me sentía que aburría a la gente y no quería llenar a la gente con mis problemas, que por más "pequeños" que parezcan, hacian un colapso en mí. 

Ordené mi pieza y me acomodé mi ropa. Al fin y al cabo, no tenia nada mas interesante que hacer.

Tenia mensajes en WhatsApp pero sinceramente no queria abrir ninguno. La idea de mi dia era fingir demencia y quedarme encerrada en mi pieza viendo twitter y tik tok.

Me puse a hacer zapping en la tele y vi que estaba jugando Rosario Central vs Platense. Estaba jugando mi amigo, Alejo. A lo que eso me hizo pensar "Ya volvieron a jugar?".

Alejo habia convertido un golazo, que lo grité, por mas que no era hincha. Prendí mi celular para mandarle a Matías, ya que gracias a esto, habia recordado que mañana volvía a Italia.

Cuando lo prendí, vi que tenia llamadas perdidas de el, por lo que lo llame.

—Hola Mati, perdon que no atendi — dije apenas me atendió.

— Vicky — extendió la ultima y por varios segundos — Te llamaba por si querés hacer algo, viste que mañana ya me vuelvo — dijo un poco triste

— Dale, vamos a merendar? — propusé, haciendo que el acepté.

— Te busco a las 4. Estate lista — intervino

Cuando corté la llamada, me empecé a preparar. Me cambié y sali de mi pieza para esperar.

— A donde vas vos tan linda? — me preguntó mi papá mientras miraba el partido de Rosario Central, donde jugaba Alejo Veliz. Si tan solo supiera que es mi amigo...

— Con Matías — le tiré

— Ah, asi que ese el nombre? — soltó una risa — Ya me va a conocer — tiró, haciéndose el picante — Te viene a buscar ahora?

— Si, pero ni se te ocurra decirle algo, ni nada. Por ahora no. Por favor papá — levanté las cejas en busca de su aprobación, y terminó asintiendo resignado.

— Esta bien, yo lo quería conocer — dijo haciéndose el apenado

Sonó la bocina y me sobresalté.

— Chau pa — saludé, antes de casi salie corriendo al auto.

Cuando subí al asiento de copiloto, Matías me saludo con un beso, que obviamente le correspondí. Mi papá probablemente estaba viendo por la ventana, pero no me podia importar menos.

Cuando nos separamos, me dió un pico y le sonreí. Me gustaba esto de hacer costumbre saludarnos con beso.

— Cómo estas? — le pregunté

— Bien, no se. No tengo muchas ganas de volver a Italia. — dijo dudando un poco — O sea si, pero me da paja la verdad.

— Pensa que son solo dos semanas o tres, volvés y jugas el mundial aca — lo intenté motivar.

— Tenés razón — me dijo mientras estacionaba para bajarnos en la cafetería.

Cuando nos sentamos, leímos la carta y pedimos. Le conté que habia desaprobado el parcial y me intentó animar, que me ayudo un poco.

midnight rain - matias souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora