21

3.1K 235 15
                                    

— Veni, vamos afuera y me contas — le dije en voz baja llevándolo por la cintura. Estaba muy tomado.

Cuando llegamos a la parte de afuera, fuimos a un rincón poco concurrido y se sentó en el piso. Me arrodillé frente a él y pude ver como le caía una lagrima por el cachete.

— Contame Mati, sabes que siempre podes confíar en mí — le sequé la lagrima y tomé su mejilla con mi mano — No me gusta verte así.

— Me quieren vender a un equipo de la segunda división de La liga Española — explicó, trabandose varias veces — Yo no me puedo ir de Italia y menos a un club donde no tengo salida para nada importante.

Se tapó la cara con frustración y yo no lo podía creer. No se merecía nada de esto.

— ¿No podes decir que no?

Le acaricié la nuca, haciendo que se estremezca.

— Me dijeron que el club necesita venderme si o si — me senté a su lado y el se giro para verme — No quiero decepcionar a nadie, mi familia estaban re cómodos en Italia y ahora por mi culpa se van a tener que mudar.

— Mati dale no seas tonto. Tus papás estan contentos de que vos estas haciendo lo que te gusta, que es jugar a la pelota. Nunca les va importar donde. Tu familia siempre va a estar orgullosa de vos. — intenté consolarlo — Juegues a donde juegues siempre vas a tener el apoyo de ellos y de todos tus cercanos.

Me sonrió tristemente y yo me apoyé en su hombro. Estaba temblando del frío.

— Por eso no contestaba los mensajes — justificó — No sabía cómo mirarlos a la cara y no pensar en esto.

— Vayas a donde vayas siempre vas a ser el orgullo de tus papás Mati. Tu futuro promete.

Sentí como me besó la cabeza.

— ¿Tenes frío? — asentí, creo que era bastante notorio como temblaba.

Me ayudó a levantarme y fuimos adentro. El colocó una mano en mi cadera y yo lo agarraba por la cintura. Pese a que tuvimos unas de las conversaciones mas profundas, podía notar que todavía no estaba 100% conciente.

—¿Con quien viniste? — pregunté curiosa.

— Con los pibes, pero creo que se fueron — rodó los ojos — ¿Giulia dónde estará?

— La voy a buscar, vos quédate aca — le dije que se quede junto a la barra.

— Dale mamá — me jodió y sonreí.

Empujé a bastante gente para pasar, hasta que la encuentro a Giulia. Estaba con Bruno y Eli bailando.

— Miren quien apareció — jodió Bruno

— Perdón, me lo encontré a Matías re en pedo — justifiqué — Además está solo creo, no encuentro a los amigos.

Me entendieron y me despedí de ellos, no sin antes ofrecerles si se querían ir conmigo, pero claramente se podía ver que la estaban pasando re bien.

Volví al lugar donde habia quedado Matías y estaba él ahi, tomando otro vaso.

— ¿Que haces tonto? — le saqué el vaso y me miró mal — Dale que nos vamos

Me acercó a él, agarrándome por la cintura hasta que nuestros cuerpos estuvieron pegados. Sus ojos estaban brillosos y me encantaba verlo con el pelo platinado, aunque extrañaba su pelo normal.

Baje la mirada inevitablemente a sus labios. Se acercó a mí con la intención de besarme, cómo si fuera un acto común últimamente entre nosotros. Le corrí la cara, por más que me moria de ganas de besarlo.

— No hagas algo que te vas a arrepentir después — le dije y el puso su frente junto a la mía.

Esto era lo más cerca que habíamos estado en meses. Mi corazón estaba aceleradisimo, pero también tenía que mantener la calma.

— Eh? Mira si me voy a arrepentir tengo ganas de esto desde que te ví — me besó bruscamente, a lo que respondí con las mismas ganas.

Se tiró hacia mí y profundizó el beso. Se notaba las ganas de ambos de que queríamos esto. Sus manos bajaron a mi culo y yo solté un jadeo.

Nos separamos por falta de aire y estabamos los dos agitados por la intensidad del beso. Su pecho subia y bajaba.

Me dio un pico, que me pareció tierno, pero después de semejante beso que nos habiamos dado antes, no podía entender como puede pasar de ser el hombre más hot a ser el más tierno.

Agarré su mano y nos dirigimos afuera del boliche. Justo pasaba un taxi y nos subimos.

— Vamos a mi departamento — sentenció en voz baja y yo asentí. Por más que mi idea no era hacer nada con el, no lo podia dejar en el estado que tenía.

Matías le dijo la dirección, aunque al principio le costó recordarla. Cuando llegamos subimos a su piso y tuve que poner yo la llave porque el no le embocaba.

Fuimos a su habitación directo y me tiré por el cansancio que tenía. No me iba a dormir, pero necesitaba unos minutos antes de desmaquillarme.

Matías se quedo ahi parado mirándome, tieso.

— ¿Que pasa?

— Nada, me quedé recalculando — abrió su placar y me dió una remera manga larga — Ponetela.

Fui al baño y me lave la cara con agua, porque no tenía desmaquillante. Me puse su remera, que me quedaba larga y salí.

Estaba mirando con el ceño fruncido a su celular, acostado en su cama. Me tiré a su lado y vi como estaba jugando al Clash Royale. Cerré los ojos y me puse de costado. Estaba camsada y quería dormir.

Cuando terminó la partida, Matías dejo el celular y sentí sus brazos pasar por mi cintura. Tenía mi espalda pegada a su pecho y el me dejó un beso en el cuello antes de acomodarse en el.

— No pensaba que eras los de dormir en cucharita — susurré, jodiendolo.

Me estremecí al escucharlo reírse en voz baja.

— Me haces ponerme cariñoso.

Sonreí ante sus palabras y agarré su mano, que estaba posada en mi panza.

Habian pasado unos minutos, de silencio en los que yo ya estaba casi quedandome dormida hasta que Matías habla.

— Entonces, ¿Volvimos?

— Mañana cuando estes bien tenemoa muchas cosas para hablar.

—---------------------------

Cortito, pero contundente.

Son muy lindos yo les juro que los amo

Se me complica actualizar en el finde, veremos si puedo.

Espero que les guste y comenten:)

midnight rain - matias souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora