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— Abuela, este es Mati — lo presenté, separandome de él.

Se le acercó y lo saludó. Matías no parecía nervioso, claramente mi abuela no era alguien que intimidara mucho.

Una señora petisa, en bata y recién despierta no asustaba.

— Que lindo chico — lo halagó ella, haciendo que Matías se ría.

— Abuela conseguí entradas para Taylor — conté y ella me preguntó quién era, y ahi arranco la explicación de siempre.

Le tenia que explicar todo porque habia cosas que olvidaba. Por eso, le expliqué lo de Taylor y se alegro mucho por mi.

— Me voy a hacer un café, los dejo tranquilos.

Se fue a la cocina y inmediatamente Matías me dió un beso. Sonreí ante eso y cuando nos separamos le di un beso en la mandíbula.

— Vienen los pibes hoy — dijo, claramente refiriéndose a los rosarinos, Alejo y Brian — Nos tenemos que juntar con Giulia.

— Me encantó — le di otro beso y sentí como su mano bajaba a mi culo — Que atrevido que andamos.

— ¿Atrevido? ¿Así que ahora soy atrevido? — preguntó, sin dejarme responder — El otro dia no decias lo mismo.

Me sonrojé como una boluda. No sabia para que la intentaba picantear si el después me respondía peor.

Cuando se refiere al otro dia, fue en su casa y empezaron siendo unos besos y terminaron en lo que ya sabemos todos. No fue la primera vez, pero nunca había sido tanto como el viernes.

— Sos un boludo, me haces poner roja — le pegué, en joda.

Se estaba cagando de risa, como si hubiera hecho el mejor chiste del mundo.

La confianza en estos últimos dias había crecido. Todavía teniamos LA CHARLA pendiente desde el dia que el se emborracho mal, pero sinceramente estos días me hicieron darme cuenta de lo que quiero.

Cuando estaba con el no lo podia dejar de mirar, por más acosadora que suene. Parecía que no queria mirar a nada más. Lo hacía reir y literalmente me sentía la persona mas genial del mundo. Cuando nos abrazabamos o besabamos, sentía que nunca me podría aburrir de esto.

Realmente había caído por él, pero desde hace tiempo. Cada vez me daba cuenta de lo importante que el era para mí. Desde el día uno que lo conocí, sentia la necesidad de protegerlo y que no le pase nada malo, como si yo pudiera evitarlo. Estaba enamorada no, enamoradisima de Matías y cada día que pasaba se hacia mas evidente el amor que le tenía.

Pero todavía sigue habiendo algo que me tira atrás. El hecho de tener una relación a distancia. Claramente es algo que tenemos que hablar todavia, esta pendiente. No me imagino teniendo una relación a distancia, pero tampoco puedo dejar mi vida aca. Es un tema que estoy ignorando para poder disfrutar del momento de ahora, el presente.

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Abracé a Alejo y a Brian. Estábamos en el departamento de Matías, y con él, habíamos cocinado para que vengan ellos.

Noté a Giulia nerviosa antes de saludar a Alejo y sonreí. Mi sueño se puede hacer realidad todavia.

— ¿Que cocinaron hoy? La parejita cocinera — Brian nos abrazó a los dos, haciéndome reir.

— Hicimos unos ñoquis — expresé orgullosa y lo agarré del brazo a Brian para mostrarle.

Matías nos siguió, quedando solos Alejo y Giulia.

— Alejo estaba re nervioso, sabes el bullyng que le hice, es un trolo — comentó el rosarino, haciendo que lo empuje — ¿Que me empujas?

— Dejalo a Alejo, pobrecito. Está hasta las manos, si alguna vez te enamoras te vas a dar cuenta — jodí y el rodó los ojos.

midnight rain - matias souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora