Lucy me tenía con la sangre alterada. No sabía si jugaba conmigo o es que realmente era así de ingenua. Lo único que sabía es que me había echado de su habitación. Alegando nuevamente el tema del contrato que había entre nosotros. Ese contrato me estaba llevando más de un dolor de cabeza, por no decir otra cosa.
—Tu Karen es malvada.
Happy maulló sin entenderme y se volvió a estirar en el sofá. Resoplé y me fui a mi habitación. Necesitaba olvidar lo que había pasado, pero era sumamente difícil. Solo la veía en mi mente con esas mejillas sonrojadas y excitada por mis caricias. Miré mi teléfono. Tentado estuve de llamarla, pero me arrepentí al último momento. Ella necesitaba aclararse. No sé por qué le costaba tanto dejarse llevar. Ella lo quería tanto como yo, su cuerpo me lo indicaba. Volver a pensar en ella hizo que su imagen medio desnuda viniera a mi mente. Sus jadeos resonaban en mi mente. Estaba matándome. No fui consciente del momento en que mi mano viajó dentro de mis pantalones, pero necesitaba aliviarme. Imaginar el cuerpo de Lucy bajo el mío fue una sensación maravillosa. Fantaseaba con hundirme en ella. Solté un ronco jadeo cuando culminé.
—Mierda... —estaba jodido.
Imaginármela una y otra vez no era bueno para mí. Porque sabía que después de lo que pasó ella se alejaría. Pondría barreras de nuevo y eso me mataba. Quería a la Lucy de siempre, la que jugaba y coqueteaba conmigo. La que me llamaba cielo, aunque fuera una burda mentira. Lo quería todo de Lucy. Sabía que las circunstancias que nos unían no eran las más óptimas, por ello intentaba mantener las distancias con Lucy. No cruzar la línea, aunque viendo lo que había pasado la noche anterior, esa línea la habíamos cruzado hacía rato. El contrato estaba más que obsoleto.
Verla a la mañana siguiente no había hecho que mis ganas de tenerla entre mis brazos disminuyeran, pero me mantuve sereno y actué por ella como si no hubiera pasado nada. Notaba que estaba muy afectada y avergonzada y lo menos que quería es que se alejase de mí, por ello le propuse hacer como si no hubiera ocurrido nada. Aunque yo no quería olvidar absolutamente nada. Todo lo vivido con ella lo repetiría sin dudar.
Pensé que todo estaba bien, pero nuevamente me equivoqué. Lucy se mostraba distante, como ausente y no tenía ni idea de por qué. Incluso en la cena a la que habíamos tenido que acudir a petición de mi madre. La noté fuera de sí.
—Amor, te has pasado toda la cena callada. Mi madre me ha preguntado si estabas bien —seguí nuestro juego como si nada. Con la esperanza de que bromeara conmigo y me siguiera la corriente— ¿Puedo besarte? —esperaba que dijera que no, que me apartara, pero pasó todo lo contrario. Asintió levemente y no pude evitar besarla, lo deseaba. Fue un roce de labios ligero, pero lo suficiente para removerme algo por dentro. No entendí la reacción de Lucy, pero de nuevo huía de mí. Se excusó para ir al lavabo.
Tardaba en volver por lo que fui a buscarla. Cuando la encontré me dijo que Lisanna se encontraba mal, me preocupé, Lisanna no era de ponerse mala y aunque lo nuestro no acabara bien, seguía habiendo una amistad. Jellal no tardó en llegar y hacerse cargo, no supe bien que le pasaba a Lisanna, pero lo mejor era que Jellal se la llevase. Cuando quise volver junto a Lucy mi madre me comunicó que se había marchado. Eso me sorprendió de sobremanera. Intenté llamarla, pero no respondió ni una llamada, ni los mensajes que le envié. Estaba preocupado por ella.
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PROPUESTA LABORAL
RomanceNatsu Dragneel, empresario de éxito, apodado el Dragón de fuego. Conocido por sus seres queridos como la persona más exigente, irritante y de mal carácter que puedas encontrar. Lucy Heartfilia, estudiante de penúltimo año de carrera. Para Lucy, la v...