✽:.。CAPÍTULO 16 。.:✽

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Juro que quería ir lento con Lucy, pero ella me incitaba de una manera que no podía controlar

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Juro que quería ir lento con Lucy, pero ella me incitaba de una manera que no podía controlar. No sé si era consciente o no de lo que provocaba en mí, pero cada uno de sus actos y gestos eran una provocación constante para mí. Supe el momento exacto en que empezó su juego. Era una provocación en toda regla. Nos encontrábamos en una reunión de equipo y ella estaba jugueteando con su bolígrafo deslizándolo de arriba abajo por su cuello, llevándolo hasta el escote de su camiseta. El día anterior había vuelto a huir de mí cuando las cosas se habían puesto un poco más intensas entre nosotros, pero ahora actuaba así. Provocándome.

No podía quitar la vista de ella y menos cuando sus movimientos me recordaban al sueño que tuve anoche. Acabé masturbándome. Lucy en mis sueños era una fiera fogosa que tomaba el control y eso me gustaba. Me excitaba. Por ello la incité a besarme esa misma tarde cuando había llegado de la universidad. Su lado inocente me mataba, pero había cumplido con creces todas mis expectativas. Me había sorprendido. Quería descubrir cómo era Lucy en el plano sexual. Y esperaba descubrirlo pronto.

En cuanto la reunión terminó no pude evitar detenerla. Mi mente había imaginado escenarios de todo tipo una vez estuviéramos solos. Ella sobre la mesa, ella sobre mí, entre mis brazos y desnuda en todos ellos. Gimiendo sin cesar. Volvió a juguetear con ese maldito bolígrafo y no pude evitarlo más, quería estar con ella. Conseguí mi objetivo, que viniera a casa. Quizás había sido un poco rastrero usar a Happy de excusa, pero ella había lanzado la primera piedra del juego y al segundo se retraía.

Pensaba en como pasar la velada con ella, en lo que iba a hacerle, pero entendí por sus nervios que no estaba dispuesta a llegar hasta el final. Sabía que con ella debía tener paciencia. Me confirmó mis sospechas poco después de unas horas un tanto entretenidas. Habíamos acabado en una posición que a mí me calentaba demasiado. Ella solo iba vestida con una camiseta mía y unas bragas. Intuía que no llevaba sujetador. Las circunstancias habían propiciado que ella terminara duchándose y su ropa estaba en proceso de lavado.

—¿Qué es lo que quieres? —no podía aguantar más la tensión sexual que había entre nosotros. Ella no sabía lo que provocaba en mí. Sus movimientos hacían que me excitara.

—Quiero que me toques...

Sus palabras llegaron directamente a mi entrepierna. La toqué, claro que la toqué. Lo deseaba, lo anhelaba desde hacía mucho tiempo. Escuchar a Lucy deshacerse entre mis manos era gloria. Era capaz de hacerme llegar solo con sus gemidos. Más de una vez tuve que pensar en el trabajo para no correrme en dos segundos, pero todo se fue a la mierda cuando su mano tocó mi miembro. Su toque era delicado, suave, parecía inexperta y quizás así fuera, pero Dios, se sentía jodidamente bien. No pude aguantar cuando ella gritó explotando en mil pedazos. Me corrí. Había sido una experiencia muy satisfactoria. Me había encantado ver a Lucy así. No era muy lanzada, pero si muy receptiva y sus gemidos y jadeos se habían quedado grabados en mi mente.

Dejarla en su casa había sido una tortura, quería que se quedara conmigo, pero sabía que no lo haría. Su lado vergonzoso hizo acto de presencia y quería irse a toda costa. No quería ponerla más nerviosa, así que resignado la llevé a su casa. Fue una noche larga y dura. Muy dura. Ni la ducha fría había servido para bajar la erección que se había instalado en mi entrepierna. Sí, me había liberado un poco con Lucy, pero yo quería más. Deseaba mucho más de Lucy.

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