Aún no me creía lo que había pasado. En menos de cuarenta y ocho horas mi vida había cambiado. Natsu se había declarado. Me había confesado sus sentimientos y yo le había confesado los míos. Me quería y yo lo quería. Me sentía en una nube de la cual todavía no había bajado. No podía dejar de pensar en él. En su declaración, en sus besos. En la forma que nos habíamos tocado en la oficina. Deseaba estar con él, pero sentía miedo, miedo de no estar a la altura. Natsu era experimentado, yo era una virgen que nunca había ido más allá de un par de besos subidos de tono, pero ninguno como los que me había dado con él.
—Estás más roja que un tomate —Levy dejó sus cosas frente a mí— ¿En que piensas guarrilla?
—Schh... baja la voz —estábamos en la biblioteca.
—¿Pensabas en mi cuñado? —su sonrisa picara me hizo ponerme más roja. Me moría de vergüenza. Sí, había hecho cosas impúdicas con Natsu, no es que me molestase lo que había pasado, de hecho, deseaba todo con él, pero mi miedo seguía latente, además de que no quería que mi primera vez fuera en un archivo. Habíamos acabado allí, más bien Natsu me acorraló allí tras haberlo esquivado toda la mañana por las caricias subidas de tono que me había dado en su despacho.
—No —soltó una pequeña carcajada.
—Lucy, te delatas sola. ¿Qué? ¿Ya te ha metido mano? —en ese momento odiaba a Levy. El rubor de mis mejillas me delató y ella se rio más fuerte haciendo que la gente nos mirara y la bibliotecaria nos regañara. Mi amiga se disculpó y me miró esperando una respuesta.
—No —volvió a reír. Mierda...
—Al menos espero que cuando pierdas tu virginidad me lo digas, eh, amiga.
—Levy... —me tapé el rostro. Sabía que no debía tener vergüenza por algo así, pero me era inevitable. Mi escasa experiencia y hablar de esos temas me avergonzaba. Aunque el tema sexo con Levy y Gajeel no era un tema tabú, a mi me costaba hablar de eso. No me avergonzaba ser virgen a mi edad, solo esperaba al indicado.
—Cariño, cuando te desinhibas, estos temas no te avergonzarán —la miré sin comprender. Me sonrió, pero no dijo nada más. Lo agradecí, tenía que terminar unos trabajos que había dejado por el hecho de que me iba a ir.
La directora se sorprendió que en el último momento rechazara la beca. Vimos a quien se la habían dado. Era un chico muy estudioso. Nunca habíamos cruzado palabra, pero estaba muy contento. Me alegré sinceramente por él. La mayoría de los que veníamos a la pública no teníamos los recursos necesarios para poder permitirnos una privada. Levy no fue elegida, pero imaginaba que ella tampoco se hubiera ido. Ella misma decía que no podía vivir sin su Gajeelito. Sabía que había dejado pasar una oportunidad única, pero mi corazón me impidió irme. Amaba a Natsu y no quería irme nada más empezar nuestra relación.
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—Vete ya. Es noche de chicas —me reí por la regañina que le estaba dando Levy a Gajeel. Ella lo empujaba para que se fuera, pero mi amigo ni se inmutaba. Era más grande y más fuerte que mi pequeña amiga.
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PROPUESTA LABORAL
RomanceNatsu Dragneel, empresario de éxito, apodado el Dragón de fuego. Conocido por sus seres queridos como la persona más exigente, irritante y de mal carácter que puedas encontrar. Lucy Heartfilia, estudiante de penúltimo año de carrera. Para Lucy, la v...