Estaba anonadada. Todo el apartamento de Natsu estaba lleno de flores. Eran preciosas. Olía tan bien, era embriagador. Avancé por el camino de rosas. Llamé a Natsu, pero no obtuve respuesta. ¿Estaría escondido para darme una sorpresa? Ese fue mi pensamiento, pero al no encontrarlo en el piso mi decepción fue grande.
—Happy ¿tú sabes dónde está?
El pobre minino me miraba sin entender. Intenté contactar con Natsu, pero sin éxito como todo el día... El cansancio me venció y caí redonda en el sofá. No sabía que al despertar me esperaba una gran sorpresa.
Jamás pensé que una pedida pudiera ser tan bonita y perfecta, pero Natsu lo había hecho, me había hecho sentir la mujer más especial del planeta. Y su forma de poseerme, me hizo sentir que era suya, su mujer...
Desperté sobresaltada. Había tenido un sueño extraño. Ese señor venía a buscarme y me obligaba a irme con él. Me estremecí solo de pensarlo. Miré a mi alrededor. Estaba en la cama de Natsu. Recordé la noche anterior y sonreí como boba. En mi dedo brillaba el anillo que me había regalado. Ahora llevaba los dos, el falso, como él lo llamaba y el verdadero, pero para mí los dos eran especiales.
—Happy, ¿dónde está el mejor hombre del mundo?
Happy estaba tirado en la almohada de Natsu y ronroneo estirándose. Entonces recordé el breve momento en que Natsu me había dicho que tenía que ir a ver a Lisanna al hospital. Me sentía mal por ella, estar en el hospital no era agradable. Natsu me dijo que no importaba que lo acompañase, que me quedara durmiendo, dudé por un momento, pero saber que su madre iría hizo que me quedara, sabía que su madre aprovecharía para soltar algún comentario mal intencionado y no me apetecía nada soportarlo.
Miré la hora, eran casi las tres de la tarde, vaya si había dormido. Le envié un mensaje a Natsu para ver qué tal estaba y cómo estaba Lisanna, pero no tuve respuesta. Pensé en prepararme para ir al hospital. Aunque no me llevase especialmente bien con Lisanna, debía ser cortés con ella. Trabajaba en la empresa y quisiera o no, era amiga de Natsu. Me di una ducha, pero no tenía ropa aquí. Quizás podría traerme algo, sonreí al pensar en que pronto todas mis cosas estarían aquí.
Jugué un poco con Happy ya que pedía mi atención y le di de comer. Antes de ir al hospital quería pasar por casa a cambiarme. Mi tía estaba en casa y le conté lo de Lisanna, me preparó avena para ella. Era deliciosa y siempre que estaba malita mi tía me preparaba un poco. Le había preguntado a Natsu en que hospital estaba Lisanna, y me dio la indicación. Al llegar pregunté por la habitación de Lisanna y me dirigí hacia allí. Pude escuchar unas risas desde el otro lado, reconocía la de Natsu y la de Lisanna. Había una tercera, la madre de Natsu. Dudé un segundo antes de tocar la puerta, pero al final me armé de valor y lo hice. Abrí la puerta y los tres me miraron. Sentía que había interrumpido un buen momento, pero Natsu me sonrió y mis nervios disminuyeron un poco. Las otras dos me miraron con la misma cara, impasibles.
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PROPUESTA LABORAL
RomansaNatsu Dragneel, empresario de éxito, apodado el Dragón de fuego. Conocido por sus seres queridos como la persona más exigente, irritante y de mal carácter que puedas encontrar. Lucy Heartfilia, estudiante de penúltimo año de carrera. Para Lucy, la v...