Estaba nerviosa, mucho, pero tenía que decirlo. Desde que tuve un poco de intimidad con Natsu sentí que debía decirle que yo no tenía experiencia en temas de sexo. Me había dejado guiar por mi instinto y lo que Natsu me hacía sentir. Aún estaba un poco sorprendida por lo que hicimos en su piso y en el archivo, aunque me surgieron dudas de que Natsu solo quería sexo de mí, él se encargó de disiparlas.
Nos encontrábamos en un viaje por trabajo y en el momento en que me dijo que iría con él, supe que algo pasaría. Estaba lista para dar el paso con Natsu, aunque me pusiera nerviosa. Lo había hablado con Levy, ella me había aconsejado que le dijera a Natsu mi situación, aunque lo había obviado por miedo de que no quisiera estar con una chica como yo, inexperta, pero ya no podía aguantarlo más. Él quería estar conmigo y yo con él.
—Soy virgen —expresé con un poco de temor por su reacción.
—¿Qué? —la confusión se instauró en su rostro. Tomé aire.
—Soy virgen —repetí. Esperé que dijera algo. Creo que se había quedado en shock.
—¿Eres virgen? —asentí— ¿Cómo? —abrí los ojos un poco incrédula por la pregunta— ¡Oh, Dios! ¡Eres virgen! ¡Ahora lo entiendo todo! —se había separado y el miedo se apoderó de mí.
—¿Es malo...? —pregunté titubeando. Su mirada se clavó en mí. Me tomó entre sus brazos y me besó de forma delicada.
—No, claro que no —nos mantuvimos la mirada unos instantes que me parecieron eternos—. ¿Cómo una chica como tú sigue siendo tan inocente? Eres preciosa. Los chicos deben hacer cola para estar contigo —su comentario me hizo sonrojarme. Besó mis labios de nuevo y sentí que me caería por ello. Natsu me hacía sentir tantas cosas. Suspiré en sus labios—. He sido un ingrato contigo. Si hubiera sabido antes...
—Todo ha sido perfecto Natsu. No me arrepiento de nada de lo que he hecho contigo, ni de que me desees... —dije eso último con un poco de vergüenza. Alzó mi rostro para que lo viera a los ojos.
—Sí, te deseo Lucy, mucho —mi corazón y cuerpo se agitaron por sus palabras.
—Yo también, te deseo Natsu —lo besé envalentonada por el momento. Quería a Natsu y estaba decidida a pasar la noche con él.
—¿Estás segura?
—Muy segura.
Estaba segura, pero también nerviosa. Había imaginado ese momento muchas veces, pero nunca había estado lista hasta ahora. Natsu me hacía sentir muchas cosas y quería que fuera él, quería que él fuera el que se llevara mi inocencia.
Estábamos en la habitación, mis nervios eran evidentes. No sabía que hacer. No me atrevía a mirar a Natsu a la cara, pero él me hizo mirarle. Alzó mi rostro y acarició mis mejillas con la yema de sus dedos. Ese simple gesto me estremeció. Sonrió y se acercó para besar mis labios de forma delicada. Sentí los nervios en mi estómago, como si algo revoloteara, sonreí inconscientemente, las famosas mariposas. Natsu me miró a los ojos. Él también sonrió. Volvimos a besarnos. Natsu bajó sus manos por mi cuello, acariciando mi piel. Era una sensación placentera. Sabía que mis nervios no me dejaban disfrutar el momento 100%, quería hacerlo, pero los nervios seguían.
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PROPUESTA LABORAL
RomanceNatsu Dragneel, empresario de éxito, apodado el Dragón de fuego. Conocido por sus seres queridos como la persona más exigente, irritante y de mal carácter que puedas encontrar. Lucy Heartfilia, estudiante de penúltimo año de carrera. Para Lucy, la v...