✽:.。CAPÍTULO 31。.:✽

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El dolor en mi pecho se acrecentó al ver alejarse a la persona que amaba

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El dolor en mi pecho se acrecentó al ver alejarse a la persona que amaba. Lo que más temía había estallado en mi cara. Odiaba a ese hombre, había aparecido para joderme la vida de nuevo.

—Estarás contento —le espeté ante la atenta mirada de los que nos rodeaban.

—Eres mi nieta. No he dicho ninguna mentira.

—No soy tu nieta. Para ti estoy muerta. ¿Acaso no te quedó claro en el funeral de mis padres?

—Lucy, no es sitio para airear trapos familiares. Ven conmigo y hablemos.

—Ni muerta voy contigo —me giré a mis amigos. Gajeel me miraba estupefacto y Levy con comprensión.

—Lucy, tarde o temprano nos veremos las caras.

—Pues espero que sea en el maldito infierno.

Sin mirar atrás caminé para salir del hotel. Quería correr a buscar a Natsu y explicarle todo. Usamos la misma limusina para volver.

—Coneja, ¿eres nieta de ese señor?

—Gajeel, ahora no —le dijo Levy. Yo estaba intentando comunicarme con Natsu, pero no me respondía, me enviaba al buzón de voz. Suspiré molesta.

—Necesito hablar con Natsu, debo ir a su casa —fui a decirle al chófer que me llevara al apartamento de Natsu, pero Levy me detuvo.

—Déjale procesar todo, mañana con calma lo habláis. Ahora estará muy confundido y shockeado.

—Lo sé, pero quiero explicarle. No quiero que piense que le he mentido.

—Lo has hecho Coneja. A todos —miré con dolor a Gajeel.

—Gajeel, sigo siendo la Lucy de siempre, mi apellido es Ashley, no Heartfilia.

—Eres como ellos.

—No es verdad.

—Gajeel, eso no es así. Déjala hablar.

—Pues que hable, te escucho —suspiré y le conté la historia de mi vida. Gajeel se sorprendió bastante y se quedó callado el resto del trayecto. Llegamos a mi casa.

—Me quedo contigo Lucy.

—No, Levy, ve a descansar. En serio —nos abrazamos cortamente y volvió dentro de la limusina. Gajeel no me dijo nada, me di la vuelta, pero una mano me detuvo. Miré a Gajeel y me abrazó.

—Me da igual si eres rica o pobretona como nosotros, para mi sigues siendo Lucy, nuestra Lu —le sonreí agradecida. Me besó la mejilla y le devolví el gesto—. Descansa —asentí y se fue junto a Levy.

Entré a mi casa, mi tía al parecer aún no había llegado, una vez más intenté contactar con Natsu sin éxito. Me derrumbé y lloré. Temía que Natsu no quisiera escucharme, que todo lo que dijera no sirviera de nada. Lloré un largo rato intentando estúpidamente hablar con Natsu. Grité lanzando el teléfono.

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