Jidang de las máscaras [COMPLETA]

Capítulo 15

KAEZE

Lamentaba para sus adentros que hubiera tenido que llegar a eso. Se sentía culpable a la vez de que estuviera en ese estado. Por suerte, solo fue una herida y no demasiado profunda como para ir a urgencias. Buscó entre todas sus cosas algo con que sanar y detener el sangrado. Hasui tenía un botiquín de emergencia en alguna parte y tuvo suerte de encontrarlo en ese momento.

—Te curaré con esto.

Denzel asintió.

Comprendió que el xegiyu estaba poniendo su vida en riesgo con tal de resolver el caso, y hasta pensó que lo había juzgado mal. Tal vez había sido demasiado duro con él, pero no por eso dejaba de molestarle.

—¿Quién era ese hombre? Vi cuando le disparaste, no parecía hacerle daño.

—No lo sé —dijo Denzel mirando cómo Kaeze curaba su herida—, pero es peligroso. No puedes ponerte en riesgo de esa forma ¿entiendes?

Kaeze bajó la mirada y se concentró en curar la herida. Tenía razón, había sido imprudente en seguirlo y casi logró que los mataran a los dos.

Pero ese hombre...sentía que lo había visto antes. No pudo reconocerlo cuando Denzel y su asistente se lo mostraron en las cámaras de seguridad, y aunque ahora llevaba una máscara, su semblante se sentía familiar.

—Ya está, intenta no moverte demasiado.

—Pides mucho.

Kaeze bajó la cabeza y sonrió.

—¿Cómo sabías esos poemas?

—Solo los recordaba.

—¿Los leíste? ¿Cuándo?

—Yo era un niño. Jugaba con mi madre, decía que ayudaría a mejorar mi memoria.

—¿De verdad? —Kaeze se veía interesado.

Denzel tomó su collar y se lo enseñó sin quitárselo, Kaeze tuvo que acercarse para poder verlo. Enseguida se sorprendió y levantó ambas cejas con curiosidad.

—Imposible.

—Es un recuerdo —dijo todavía sosteniéndolo—, lo tengo siempre presente.

Tenía grabado dos hanjis. "Verdad" y "Color".

Con tan solo esas dos palabras, podía saber a cuál de los cien poemas de Izumo pertenecía.

"Incluso cuando la verdad esté oculta, el verdadero color de la mentira se hará visible en el lienzo de la vida. — Es cuando llega el arrepentimiento y entonces todo termina".

—Vaya, vaya, de cierta manera combina contigo —dijo esto con una sonrisa.

—Tal vez. —Denzel contestó con normalidad y dejó el collar en su posición inicial.

No se podía imaginar a Denzel aprendiéndose todos esos poemas, pero la verdad era que los conocía muy bien. Y ese collar lo demostraba.

—¿Por qué quisiste jugar conmigo? Digo, si odias el arte y todo eso, no tenías por qué. ¿Querías demostrarme algo?

—No.

—¿Entonces?

—Solo estaba probando algo.

Sabía que no iba a conseguir que le dijera más, así que dejó las preguntas. Pasó un rato en el que estaba preguntándose a sí mismo qué debía hacer o decir. Antes creía que cada palabra o movimiento que hiciera sería usado en su contra, ahora sentía que cualquier cosa que dijera podía ser útil en el caso y temía estar olvidando algún detalle importante. Su cabeza daba vueltas, todavía estaba asimilando lo que ocurrió en ese edificio, y cuando Denzel comenzaba a levantarse para marcharse, tuvo que sacar la voz.

—Te hirieron por mi culpa, de alguna forma tengo que compensártelo. —Kaeze no lo miraba a los ojos como incitándolo a que se quedara.

—No es necesario. Ya me curaste, estaré bien.

—Al menos quédate y puedo ofrecerte algo de café.

Denzel asintió.

—Como quieras.

Odiaba ese sentimiento de culpa, porque sabía que el xegiyu había sido herido por su imprudencia.

—Eres muy observador. —Denzel comentó de pronto.

—¿A qué viene eso?

—Supiste que me gustaba el café. No tengo idea de cómo lo descubriste, pero has acertado.

—Fue simple, de hecho. Dices que no te gusta el té y eres de Chisana. Sé que allí no hay muchas casas de té, son casi inexistentes. En su lugar hay diversas cafeterías ¿no es así?

—Sí.

—Chisana es un distrito frío, imagino que debes beber algo caliente en los días más crudos del invierno.

Denzel asintió y entonces Kaeze se levantó de su puesto.