Capítulo 27

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DENZEL

Cuando encontró algo de ropa que Kaeze podía usar —la más "refinada" que encontró— decidió dejarla por fuera de la puerta para que cuando terminara de bañarse, la recogiera, así que golpeó suavemente dos veces.

—Aquí he dejado la ropa.

No obtuvo respuesta.

—Oye —insistió.

Nada.

—¿Estás bien? —siguió.

Kaeze no hablaba.

—Voy a entrar.

Al momento en el que abrió la puerta lo único que vio fue a Kaeze bajo el agua de la bañera con únicamente sus rodillas en la superficie. Se acercó corriendo y lo tomó de un brazo para sacarlo, estaba casi inconsciente. ¿Cuánto tiempo había permanecido bajo el agua?

—¿Qué intentabas hacer? —dijo con cierto enojo. Su voz sonaba opaca y dura.

Kaeze tosió luego de recuperar el conocimiento, pero no dijo nada. Denzel expulsó el aire de sus pulmones con cansancio. Enseguida le lanzó una toalla que le cayó encima para cubrir su cuerpo, que mirándolo rápidamente le recordó a algunas estatuas renacentistas, y lo llevó fuera del baño hasta la habitación.

Le estaba entrando una migraña entre las cejas, no tenía mucha paciencia, pero no quería hacer sentir mal a Kaeze. Intentaba ayudarlo lo más que podía, evitaba hacer preguntas, ninguno de los dos hablaba o intentaba romper el silencio.

Kaeze no quería hacer nada, no quería comer, no quería salir. Estaba como en otra dimensión, demasiado sorprendido como para hacer o decir algo. Denzel todavía estaba asimilando la información, pero tenía que actuar como un profesional.

Su curiosidad era tan grande...¿qué era Kaeze? ¿cómo fue posible que alguien así existiera? Estaba fascinado, nadie le creería si lo contara. Kaeze era una obra de arte, la personificación de una de las más famosas pinturas de Hasui Heian y estaba comenzando a interesarle.

—Tu cabello está hecho un desastre. —Intentó animarlo.

—No importa.

Denzel miró hacia la ventana, la lluvia había cesado. Entonces sin decir nada, se levantó. El sonido de sus llaves en el bolsillo de su abrigo hizo que Kaeze levantara ligeramente la vista.

—Ven, vamos a salir.

Se le quedó viendo, como sin saber qué decir. No tenía ánimos, pero tampoco quería quedarse sin hacer nada.

Denzel tenía pensadas dos cosas. Una, quería averiguar si Ephemeral o quien fuera, estaría ahí para seguirlos otra vez y tal vez descubrir algo más. Y la otra, sintió que debía ayudar a quien tenía al frente.

Ninguna presencia, nadie sospechoso, ninguna pista a su alrededor. Denzel pensaba que tal vez ninguna de las otras pinturas sabía que Kaeze estaba ahí. Quería decírselo, advertirle con la verdad del peligro que podía correr, pero ni el mismo sabía cuándo sería el momento indicado. Si bien muchas veces Denzel destacaba por soltar comentarios fuera de lugar y de tener poco tacto y empatía a la hora de hablar con los demás, su juicio siempre lo comandaba, tenía sus motivos para ser así. 


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Jidang de las máscaras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora