Capítulo 26

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KAEZE


Una vez que llegaron a casa de Denzel, el par dejó algunas de sus cosas en la entrada, pues estaban completamente mojadas. Denzel lo miró de arriba abajo y negó con la cabeza.

—Iré a buscarte algo de ropa. Por ahora date un baño.

Al cerrar la puerta tras ellos, Kaeze ni siquiera se molestó en acomodarse el cabello, que estaba todo mojado. Denzel lo guio hasta el baño y puso agua caliente en la bañera para que viera cómo funcionaba, a veces era algo complicado abrir la llave, tenía su truco.

—Tómate tu tiempo —dijo yéndose y cerrando la puerta desde fuera.

Kaeze se sentía como ahogado, y aunque le aliviaba no estar cerca de Hasui, quería huir lo más lejos posible. Ni siquiera él mismo entendía cómo se sentía, estaba como en blanco. Ahora comprendía muchas cosas que antes pasaba por alto que le parecían extrañas, jamás se había cuestionado su existencia, pues no creyó que fuera importante. Jamás pensó ser lo que era.

Ya ni siquiera recordaba su niñez, era como si siempre hubiese sido un adulto. No tenía ningún recuerdo de la escuela, de algún amigo, de una vida normal. Siempre estuvo bajo la sombra de Hasui y su mundo era el templo Maji y su hermano...que ahora veía como a un extraño.

Lo que más inquietaba a Kaeze era el hecho de no saber el porqué de su existencia, por qué era lo que era y por qué llegó al mundo. Era imposible, de hecho. Ni el mismo lo sabía.

«No existes» «Eres una mentira» «Te han mentido» oía en su mente. Ya no quería eso, quería terminar con el impacto de sentirse un simple objeto.

El vínculo que Kaeze tenía con aquella pintura "Li'umina Jidang", jamás imaginó que fuese tan significativo. Todo el tiempo creyó que era apego emocional, ya que Hasui le dijo que esa pintura lo calmaba cuando era más pequeño. Ahora Kaeze se sentía patético, se sentía una marioneta comandada por Hasui, una forma de vender su arte poco convencional, un objeto al que todos admiraban. Quería huir de todo eso.

Cuando la bañera estuvo llena, Kaeze se hundió en ella, el agua le cubría hasta los hombros y dejó sus rodillas afuera para que su cabeza pudiera hundirse también. No le importaba, necesitaba un escape, solo quería quedar en el olvido. Estaba atrapado en algún lugar entre el corazón y la mente, tenía miedo de algún día simplemente desaparecer, pero también sentía ganas de hacerlo. Él no era un humano, era una ilusión, toda su vida, toda su esencia eran una mentira. No sabía si podía morir, pero no se iba a quedar sin intentarlo.

Vivía como humano, sentía como humano, sentía el agua sobre él, sentía como iba perdiendo el conocimiento. 

 

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Jidang de las máscaras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora