Capítulo 11

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KAEZE


Debían ser cerca de las diez de la noche, pocas personas estaban en aquel local, algunos ocupaban las sillas de afuera que eran iluminadas por las pequeñas lamparillas de color amarillo atadas a cada puesto, y otros se ubicaban dentro, en donde se respiraba aroma a hojas frescas de té. Estaba tibio, perfecto para sentarse a conversar, era un ambiente acogedor y familiar. La decoración consistía en muebles de bambú y fuentes de agua que llenaban el espacio con un sonido fresco y relajante. Todo era perfecto, a excepción de la compañía que tenía.

La campanilla de la puerta de entrada sonó anunciando su llegada al lugar. Todavía no comprendía por qué el xegiyu quería hablar con él, pero esperaba que al menos aceptara que se había equivocado en culparlo.

Un hombre alto y sonriente se acercó a Denzel, al parecer lo conocía.

—No pensé verte trabajando a esta hora —dijo Denzel.

—Estoy cumpliendo unos turnos extra. —Explicó, pero con una sonrisa que contradecía lo que estaba diciendo—. ¿Qué haces por aquí?

—Trabajo —dijo y luego lo señaló—. Este es el hermano de Hasui Heian, Kaeze.

—Mucho gusto. —Saludó e hizo una pequeña reverencia—. Soy Mitsue, encantado.

Por alguna razón, sintió su sonrisa un poco triste. Kaeze era bueno observando, sintió la necesidad de averiguar qué ocurría. Miró a Denzel, él no se veía extrañado por la actitud de su amigo.

Luego de que eligieran un sitio con la ayuda de Mitsue, se agacharon para sentarse en los cojines bordados junto a la pequeña mesita. El par miraba el folleto con las comidas y bebidas que ofrecía el lugar. No tenía demasiadas ganas de comer algo, la idea no le entusiasmaba en absoluto y en especial porque sabía que estaba ahí por puro compromiso.

—No tenías que traerme aquí.

—No es una invitación, es por trabajo.

Kaeze se quedó con las palabras atascadas en la lengua, a pesar de que eso le dejaba un mal sabor de boca, omitió decir algo grosero y en su lugar decidió comportarse.

—Hm. —Fingió una pequeña risa que más bien sonaba a desprecio.

«Eso no se oyó nada elegante». Le decía su conciencia.

—¿Nadie te ha dicho que estás inquieto? —dijo Denzel.

El rostro de Kaeze se tinturó de rojo. Era cierto.

—Es solo por el hecho de sentirme deslumbrado ante la gran variedad de tés que brinda este lugar, algunos son importaciones y por lo tanto bastante refinados. El más básico de los placeres, pero también, el más reconfortante. ¿Qué debería elegir?

—No me interesa. Elige lo que más te guste.

—Por supuesto, no responderías una pregunta como esa.

Y sí, estaba inquieto ¿cómo no iba a estarlo? Su hermano estaba inconsciente en el hospital luego de haber sufrido un extraño accidente del que luego le echaron toda la culpa. Por alguna razón ahora estaba preocupado de todo lo que podía hacer o decir. Sin querer había comenzado a menear su pierna derecha sin cesar desde que inició la conversación.

—Sé que no eres el responsable —dijo Denzel.

Aquello lo sintió como un pinchazo en el corazón y como si un peso se desprendiera de allí. Cerró los ojos y suspiró aliviado, al menos ahora no tenía que pensar en una manera de convencer al xegiyu de que era inocente. Su orgullo interior no pudo evitar sentirse contento.

Jidang de las máscaras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora