Capítulo 22

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DENZEL

Ya eran pasadas las diez de la noche y todavía seguía pensando en lo que Hanae le había contado. Kaeze estaba caminando a su lado, tenía que decirle que aún era peligroso, ahora sabía que dos personas lo seguían aparte de Qing: La Hespéride y ahora también Ephemeral.

—No hables.

—Podrías tener más tacto al hablar ¿no crees?

No era momento para explicar, solo se alejó con Kaeze lo más rápido que pudo de ahí. Fue cuando la vieron pasar. La Hespéride iba a paso lento en la calle de al frente. Su vestimenta tenía tintes rojizos, parecía sangre, pero en realidad no era más que pintura. Cuando pasaba por al lado de algunas personas, estas se la quedaban viendo, era extraño ver a una mujer vestida así además de estar usando una máscara de jidang en plena calle.

Estaban escondidos observándola desde una calle de pequeños restaurantes. Se ubicaron bajo una guirnalda que colgaba fuera de una tienda, sin dejar de mirarla, estaba lejos y buscaba algo, seguramente a Kaeze.

La Hespéride volteó su mirada hasta ellos y comenzó a caminar deprisa hasta comenzar a correr en su dirección. No lo asustaba, pero la situación no era normal.

Como pudo, agarró su teléfono y llamó a Miura y trató de explicarle la situación. No podía hablar muy bien, iba corriendo lo más rápido que podía. Necesitaba detenerla, pero no podía dispararle en mitad de la calle.

Se le ocurrió guiarla hasta la parte rural de Genki, casi al entrar a Genki sur, allí acostumbraba a estar vacío y era poco probable que alguien los viera. No podía simplemente llamar a la policía, La Hespéride no era una mujer, era una pintura y no podía explicar eso. Llamó a Miura con la intención de que lo ayudara a dejar a Kaeze en un lugar seguro, no podía volver a ponerlo en riesgo sabiendo que esa pintura lo estaba persiguiendo.

Denzel y Kaeze corrieron hasta la entrada del bosque, la mujer los iba siguiendo a paso rápido y cuando estuvo seguro de que nadie estaba cerca, le disparó. Tal como supuso, la bala no le causó nada, igual que a Qing. Siguió caminando como si nada. Tal vez era momento de correr.

No fue hasta que cruzaron hasta el otro extremo del bosque, hacia donde se ubicaba una calle para cruzar a Genki sur por la que pasaban varios vehículos. No esperaron la señal en rojo y atravesaron cuando tuvieron la oportunidad. Denzel creyó que al menos habían retrasado a La Hespéride, pero se equivocó. Cruzó sin más, sin importar el tránsito. Un auto que iba a una velocidad relativamente alta chocó con ella, pero siguió en pie, como si fuese un monumento de cemento. El vehículo se averió y el conductor bajó indignado pidiéndole explicaciones, ni siquiera se preguntó cómo es que podía seguir de pie.

La Hespéride no volteó en ningún momento la cabeza para prestarle atención, continuó siguiéndolos a medida que ellos se alejaban.

Lograron llegar a un lugar un poco más lejos, la habían perdido de vista.

—¿Qué ha sido eso? —Kaeze estaba como horrorizado—. No es normal.

—Nada. Vámonos de aquí.

Había perdido la oportunidad de capturar a esa pintura, pero era más importante mantener a Kaeze a salvo. Sabía que era inteligente y podía descubrir en cualquier momento que se trataba de una pintura.

Y si lo hacía, también sabría la verdad sobre él mismo.

—¿Se habrá ido?

—No lo creo —dijo tratando de ver si estaba oculta por algún sitio.

Oyó entonces el sonido de un vehículo y luego una voz fuerte ya muy conocida junto a otra un tanto más suave. Eran Miura y Hasui, habían llegado juntos, ni siquiera se preguntó por qué.

Kaeze permanecía en silencio con los ojos bien abiertos y no pasó mucho tiempo hasta que llegó Hasui a su lado. Estaba como histérico, Denzel podía notarlo, aunque no hablara, le temblaba el pulso y tenía esa mirada de ansiedad colgada del rostro. Por más que Hasui le hablaba a Kaeze, este no decía nada, parecía perdido en su propio mundo.

Ya estaba asumiendo que lo descubriría.

Rompió el silencio cuando dijo:

—Esa mujer es idéntica a uno de tus retratos, hermano.

Hasui lo miró como si hubiese dicho la mentira más incoherente de todas. Denzel solo pudo suspirar. «Va a descubrirlo». Kaeze era inteligente.

—Kaeze, escucha lo que dices.

—¡Es verdad! Es exactamente igual a La Hespéride...y quien nos siguió antes era igual a Qing...otra de tus obras.

—Es bastante extraño...

—¡Hasui! ¿no te das cuenta? —Kaeze habló más fuerte— ¡Es como en la leyenda! ¡Tus pinturas son el templo de dos kenxis!

—En ese caso, esto es más complicado de lo que parece...

Ambos comenzaron a hablar del tema y Hasui no negó la existencia de las pinturas e incluso se hizo el sorprendido. Denzel no sabía si se estaba arriesgando demasiado o solo estaba esperando a que su hermano le preguntara por él mismo. Sin embargo, Kaeze no parecía sospechar nada, es más, se acercó a él con una expresión de jactancia en el rostro.

—Te lo he dicho antes —dijo Kaeze ahora refiriéndose a Denzel—, no me creíste. ¿Necesitas alguna otra prueba?

Y pasó de largo dirigiéndose al frente, Hasui iba detrás de él.

—Debo agradecerle, Denzel-xi. Lidiar con estos kenxis es una pesada carga, pero por fin se han capturado —dijo cuando llegó hasta su lado, en voz baja.

Denzel tuvo el impulso de decir algo, pero las palabras no supieron llegar a él.

—Yo...Necesito hablar contigo en privado —habló con voz baja¬—. Kaeze no puede oírnos.

Hasui asintió.

—Hablaremos después.

Dicho esto, se marchó junto a Kaeze. 


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Jidang de las máscaras [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora