Isabela
Me tomo toda el agua que contiene mi vaso, necesito hidratarme. La cabeza apenas me ha dejado de doler y las náuseas aún no desaparecen. Solo he podido comer unas cuantas galletas esta mañana, el resto solo ha sido líquido.
Estamos en el centro de belleza, hemos venido a hacernos las uñas, así mañana solo quedará hacernos el peinado. Hoy tendremos que dormirnos temprano y ninguno que vaya a participar en la boda tiene permitido beber ni una gota de alcohol. Órdenes de los novios, aunque yo no tengo ningún interés de beber nada de alcohol por un largo tiempo, ayer ha sido suficiente.
Sé que lo pasé muy bien, eso me indican algunas fotos. Pero mi memoria está toda nublada, recuerdo haber bailado como loca y acostarme en la cama, pero después de eso, nada.
Carol me dijo que me fui más temprano, pero ni idea como llegué a la cama a salvo. No me gusta beber de esa manera y en definitiva será la última vez que beba de esa forma tan descontrolada.
—No puedo creer que mañana te cases hermosa—comenta la madre de Carol dejando un beso en la frente de su hija.
—Al fin te librarás de mí—expresa Carol.
—Le dije a Mateo que no acepto devoluciones, así que se lo pensara bien —bromea su madre.
Una pequeña risa se escapa de mí.
—¿De qué te ríes? —Mi mejor amiga me asesina con la mirada.
—De nada —aprieto mis labios para dejar de reír.
—Isabela se ríe porque sabe que es verdad. Mi yerno es un santo por soportarte.
—Gracias mamá, te recuerdo que tu hija soy yo.
—Sabes que te adoro mi niña y espero tener minis tú pronto corriendo por toda mi casa.
Carol se limita a sonreír y su madre se retira de esta área para ir a tomar algo, ya que habían terminado con ella.
—No le has dicho —comento cuando estoy segura de que su madre ha salido de este lugar.
—No tiene que saberlo aún.
Ella y Mateo han decidido no tener hijos. Carol siempre ha tenido ese pensamiento desde que nos conocimos, pensé que al conocer al indicado cambiaría de opinión, pero al parecer Mateo piensa igual. A menudo bromean diciendo que yo debo tener muchos bebés para que puedan ser los tíos ricos.
Siempre he respetado su decisión, pero estoy segura de que ambas familias, tirarán el grito al cielo cuando se enteren. Carol es hija única y Mateo es el hijo mayor, creo que es lógico que todo esperan descendientes.
—Cuando mi madre se entere, va a gritarme como nunca en su vida. No necesito eso el día antes de mi boda.
Me limito asentir, porque en eso tiene razón y no sería justo arruinar la paz que ha visto entre su madre y ella, diciéndole algo sobre eso. De todos modos, en el futuro será necesario comunicárselo.