Oscar
Escucho la puerta de mi habitación abrirse, pero ni me molesto en averiguar quién es. Solo quiero concentrarme en el aire que entra y sale de mis pulmones. Las palabras de Isabela me han afectado de una manera que no sabía que era posible.
Sí, tenía pleno conocimiento de que al irme de su vida como lo hice, le haría daño. Pero solo lo hice porque sabía que esto era lo mejor para ella. Sé que ella no estaba lista para acéptalo, aún había cosas que debía madurar y heridas que debía sanar. Mi presencia no era de ayuda, así que me marché.
Durante el año que pudimos ser amigos, me dio la oportunidad de conocerla de una manera que como pareja no tuve la oportunidad. Creamos una confianza que en realidad pensé que no podría ser destruida, pero al parecer me equivoqué. No tengo dudas de que hoy en día no confía en mí ni en mis palabras. Lo cual puedo entender.
—¿Y esa maleta sobre la cama? —La voz de Amelia me saca de mis pensamientos.
—Creo que me quedaré en un hotel.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué sucedió?
Mis ojos siguen cerrados, pero estoy seguro que está justo frente a mi.
—Creo que es lo mejor.
—¿Lo mejor para quién? —Amelia aumenta su tono de voz.
—Para ella, no quiero incomodarla más. Es la boda de su mejor amiga, ella merece disfrutar de todo esto sin tener que verme la cara. Le diré a Carol y Mateo que nos desfilaré...—Me interrumpe.
—No te voy a permitir hacer eso.
Habla con una autoridad que me hace arrugar mis cejas ¿Ella quien se cree?
—No es que puedas detenerme—Abro mis ojos para mirarla. Agradezco su amistad durante estos años, pero que no permitiré que crea que puede ordenarme u obligarme hacer algo que yo no quiero hacer—ella no quiere escucharme, debes aceptarlo y superarlo, yo lo hice.
Mi voz es ronca y fría. No voy a gritarle, pero tampoco dejaré que cruce esa línea. Ella se queda en silencio unos segundos y la escucho soltar un suspiro largo mientras peina su cabello castaño.
—Espera que quiera hacerlo, debes tener paciencia, le debes eso—Se apoya del barandal— Ambos sabíamos que esto no sería fácil, pero debes mantenerte fuerte. Por ti, por ella.
—Está saliendo con Hugo —escupo.
El malestar que ha mantenido en mi estómago desde que la he escuchado a Isabela decir eso, solo aumenta.
—Oh —Es lo único que sale de ella.
Ambos pensábamos que lo que había sucedido entre ellos hace unos meses de había acabado, eso nos informó Mateo, pero al parecer no es así. Ella quería intentarlo con él y yo no era nadie para interponerme. Después de todo solo quiero que sea feliz, lo merece.