HAZME PECAR

Capítulo 34

-No sé que hacer -susurro. Dejo salir un largo suspiro y cierro los ojos ante las caricias de Trevor en mi cabello.

-Pasará lo que tenga que pasar -me dice.

Escucho los latidos de sus corazón, me relajan. El calor que me brinda su cuerpo hace que el dolor en mis costillas sea soportable. Trevor está acostado en el suelo conmigo encima.

-Tengo miedo de elegir mal -alzo mi cabeza y lo miro a los ojos. Trato se transmitir todo mi miedo.

Sé que es estúpido estar hablando de esto con Trevor, pero, también sé que él no me va a presionar. Lily estaría haciéndome "entrar en razón" (pateandome el culo).

-Tu sabes que camino tomar, Lara -miro sus ojos azules. Esos ojos que hacen que me pierda, que me olvide de mis problemas, del mundo, incluso, de mi misma. Dios, realmente estoy enamorada de este hombre.

-Perdón por interrumpir -la voz de Lenin hace que Trevor se tense- Lara, ¿puedo hablar contigo? -cierro mis ojos un momento.

-Sólo es un momento -susurro a Trevor. Abro mis ojos y él asiente.

-¿Podrías ayudarme? -me dirijo a Lenin. Él asiente y se acerca para levantarme.

Aprieto mis dientes ante el dolor de mis costillas, dejo salir todo el aire de mis pulmones y trato de convencerme que no duele. Caminamos unos cuantos metros lejos de Trevor.

-Te escucho -me apoyo en el tronco de un árbol. Mi mirada se dirige hacia el edificio con orificios de balas en las ventanas.

-¿Te acuerdas del viaje? -miro a Trevor con el ceño fruncido.

-¿Sí? -digo- ¿qué pasa con el viaje?

-Mañana -susurra. Abro mis ojos de par en par- No sabía que todo esto iba a pasar, así que los reservé para mañana -se encoge de hombros.

Por toda esta mierda, ni siquiera me había preocupado por el viaje.

-Entiendes que no voy a ir, ¿verdad? -de ninguna jodida manera voy a irme de aquí. No cuando estoy en esta situación, no cuando tengo a Trevor, no cuando tengo que elegir.

-Lo sé -me responde- hablé con Trevor -me informa.

-¿¡Qué hiciste qué!? -abro mucho mis ojos.

-Él sabe que mañana es el viaje -alzo mis dos cejas -Trevor viene con nosotros -susurra.

¿Pero que mierda?

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Resulta que Trevor ya lo sabía, incluso, mucho antes de que Lenin siquiera me lo dijera. Otra cosa que me enteré es que Lenin tenía muy bien informados a los chicos sobre mi, no fue nada de sorpresa cuando "aparecieron" en su oficina.

Ahora estoy en el aeropuerto, ni siquiera nos importó Martín, ni El Jefe, ni los chicos. Somos sólo Lenin, Trevor y yo. Es incómodo. Muy incómodo.

Dejo salir un largo suspiro mientras acomodo mi obeso trasero en la silla. No tenemos equipaje, sólo nuestro pasaporte, un poco de dinero y comida que compramos en unas tiendas de aquí.

No tengo ni idea a donde vamos. Ni Trevor ni Lenin quieren decírmelo.

Trevor no presta atención del coqueteo y la atención que tiene por la mayoría de chicas de aquí. Cuando una le sonríe o se digna en decirle "hola", él agarra mi mano y la besa.

¡Sí, zorras, él es mío!

En cambio Lenin, aprovecha de sus encantos para "conversar" con la chica "escote moderado" y sonrisa "amigable", que está a su lado.