Capítulo 20

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Me pongo los audífonos de nuevo y las primeras notas de Up In The Air comienzan a sonar. Me gusta mucho esta canción. Mucho.

El viento sigue soplando y lo agradezco, el sol es simplemente insoportable.

Tomo la Glock de la mesa. Muevo mi cuello de un lado al otro. Doy unos pasos hacia adelante, poniéndome frente a las veinte y tres latas de cerveza que están sobre la punta de veinte y tres palos de madera. Respiro profundo. Me pongo en posición y la ligera Glock se pone frente a mí. Amo esta pistola, pero estoy fallando mundialmente.

I've been up in the air

Lost in the night

I wouldn't trade an eye for your lies your lust for my life.

Is this the end?

You were the love of my life

Darkness the light

This is a portrait of the tortured you and I.

Is this the end?

Cierro los ojos al escuchar la canción. ¡Rayos! Es muy buena la canción. Respiro profundo, abro mis ojos  y comienzo a disparar. Por cada lata de cerveza que cae sonrío, pero al terminar siete de las latas siguen en las puntas de los palos. Pisando firme me acerco hasta los palos, abro la lata de cerveza y empiezo a beber. Maldigo internamente por haber vuelto a fallar. Me retiro los audífonos y escucho unos aplausos, doy media vuelta y veo a Trevor sonriéndome mientras se dirige hasta mí.

-¿Me preguntaba dónde estaban mis cervezas? –Me dice y sinceramente me da muy igual si está enojado o no –no hace falta la respuesta –vuelve a hablar, frunzo el ceño y doy media vuelta, veo las latas con agujeros caídas en el pasto, la cerveza se está evaporando por el sol. Tomo un poco más de la cerveza y la dejo en la punta.

-Lárgate –digo, no tengo ganas de discutir con él.

-Me debes… –comienza a contar las cervezas regadas –dieciséis cervezas, Lara.

-Pienso deberte las veinte y tres cervezas –vuelvo a cargar el arma.

-No, Lara –su voz en mi oído hace que tiemble el arma en mis manos, respiro pesadamente.

-Aléjate –susurro.

-Lo estás haciendo muy mal –trago saliva, mi piel se pone de gallina.

-Aléjate –repito, pero sinceramente ya no quiero que se aleje.

-Lo haces mal, por eso no le atinas.

-Ilumíname, entonces.

-La posición, eso está mal –Trevor toma mi mano con el arma y la levanta –abre un poco más las piernas –vuelve a susurrarme al oído. Trevor mete una pierna entre las mías y las abre. Y casualmente me pareció lo más sexy y erótico del mundo –mira al frente –toma mi cabeza y la fija hacia adelante –pon la pierna izquierda un poco más delante de la otra –y lo hago, pero Trevor baja su mano hasta mi pierna, desde el muslo baja lentamente y yo me hago más atrás, chocando con el pecho de Trevor.

-Trevor… –susurro al seguir sintiendo la caricia de Trevor en mi pierna.

-Lo sigues haciendo mal –vuelve a susurrarme, suelto el arma, doy media vuelta, miro sus ojos, maldigo a esos hermosos ojos – ¿qué pasa? –muerdo mi labio inferior, reúno toda la valentía que se supone debería tener, me pongo de puntillas y lo beso; un beso demasiado salvaje, demasiada pasión, un beso cargado de adrenalina, deseo.

HAZME PECARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora