Lo siento tan cerca, siento que mi piel se pone de gallina, estoy asustada, mis manos comienzan a temblar, mis piernas ahora son mágicamente de gelatina. Mi corazón late a mil por segundo. No digo ni una sola palabra.
-Date vuelta –me pide esa voz tan varonil. Lo hago no quiero que me haga daño, pero creo que fue el peor error de toda mi vida –muy sexy como para ser una ladrona –me dice, mi boca se queda seca. El hombre-dos-metros que está parado enfrente fue esculpido por las manos de Afrodita, no tengo duda de ello.
-Bien, muñeca, no te quiero hacer daño, así que da vuelta y vete.
-¿Qué? –le digo, me quede completamente en blanco. El solo ríe.
-Mira muñeca sé que soy muy guapo y toda la mierda esa, pero en serio, no estoy de humor –me dice y su maldita actitud tiró a la basura todo el trabajo de Afrodita.
-Ahora tú me vas a escuchar, no soy ninguna ladrona ni nada por el estilo –me voy acerando más a el –y ¿Quién te crees para decirme muñeca? –estoy tan cerca que mi dedo índice toca su pecho. Huele a jabón de ropa, mezclado con menta y algo más. El solo alza una ceja, me mira y se ríe – ¿Qué es tan gracioso?
-Tu –me dice –mira muñeca, como te dije no estoy de humor.
-Y yo tampoco, me puedes explicar de ¡donde sacaste que soy una ladrona! –le grito.
-Tus actos, por favor, estabas a punto de entrar en mi auto.
-¿¡Tu auto!? –le grito, sínico, egocentrista de mierda –este es el auto de mi amiga.
-Pues creo que estas muy ebria, este es mi auto –me dice y veo en sus ojos diversión.
-Hijo de p... –y antes de que siga él pone un dedo en mi boca.
-Cuida tu lenguaje conmigo, muñeca –muerdo su dedo y el maldice por lo bajo.
-No me digas muñeca, ¿entendido? –le digo.
Y antes de que el me conteste Nicolás aparece con dos cervezas
-Hasta que apareces, Lara –me dice, y al darse cuenta de la situación, para y nos queda mirando.
-¿La conoces? –pregunta el egocentrista.
-Claro, es la amiga de Lily, la que Isaac te conto, ¿la conoces? –le dice Nicolás.
El niega con la cabeza y vuelve a mirarme.
-¿Conoces a Lily? –me pregunta.
-Si –le digo – ¿en dónde está? –le pregunto ahora a Nicolás.
-Está en la fiesta. Me mando a buscarte. Veo que ya conoces a Trevor.
-Por desgracia –decimos los dos
-¿Qué le hiciste, Trevor? –le pregunta Nicolás.
-¿Pero qué mierda Nicolás? –le dice el tal Trevor
-Ni siquiera te conoce bien y ya te odia –le dice.
-¡No le he hecho nada, joder! –le dice Trevor a Nicolás.
-Esto es estúpido –digo y doy media vuelta para ir hacia la fiesta.
¿Quién se cree ese maldito Trevor para decirme muñeca? Típico, porque sabe que es tremendamente caliente, se cree la maldita octava maravilla del mundo. Me irrita, no hay duda.
-Es estúpido que te hayas confundido de Mustang –de nuevo su voz hace que mi piel se ponga de gallina.
“Contrólate, Lara” me digo a mi misma y camino, ignorándole notablemente.
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HAZME PECAR
RomanceÉl siempre estuvo sin que ella lo supiera. Él regresó para hacerle recordar, porque no sólo él la necesitaba, sino los del grupo igual. Tal vez ambos necesiten recordar como solían pecar, pero las cosas tienen que ser como antes: lento, paso por pas...