Me despierto agitada junto a la alarma del celular de Lily. Llegamos a su casa, exactamente, a las tres y cincuenta y cuatro de la madrugada. Lily con mala gana, toma su celular y lo silencia. En mi mente solo están dos esferas azules y una voz que, hasta en mis recuerdos, me hacen temblar. Trato de cerrar de nuevo mis ojos, pero ya es imposible. No puedo y es frustrante. Tengo en mi mente grabado el color de sus ojos. Me desperezo y bostezo; recuerdo la noche anterior y vuelvo con la misma sonrisa. Esto no es normal.
-Lily, despierta –tiro una almohada en su dirección.
-¡Mierda, Lara! –me grita y yo rio –no es gracioso.
-Bien, levántate, tenemos escuela –me mira horrorizada.
-No pienso ir –me dice y yo la miro alzando mi ceja derecha.
-¡Ja!, pues te toca, eres joven –le digo recordando sus palabras.
-No me salgas con eso ahora –me dice y ella se levanta –solo porque soy joven –dice cuando ya está completamente de pie.
-Perra –le digo y ella solo me saca la lengua.
Después de alistarnos, Lily y yo bajamos a desayunar, cabe decir que los padres de Lily nunca, NUNCA, estaban en casa, digamos que el caso de Lily es un poco “especial”.
Cuando salimos de la casa de Lily, un mensaje llego a mi celular, era de mamá. Ni siquiera lo abrí, no quiero leer las amenazas y mis próximos castigos que tendré si por mi desgracia no puse el más mínimo interés en disfrutar la fiesta. Pongo los ojos en blanco.
Lily se ríe y me doy cuenta que me está mirando.
-¿Qué es tan gracioso? –le pregunto.
-Tú –me dice y un pequeño recuerdo se pasa por mi mente.
-Ahora tú me vas a escuchar, no soy ninguna ladrona ni nada por el estilo –me voy acercando más a el –y ¿Quién te crees para decirme muñeca? –estoy tan cerca que mi dedo índice toca su pecho. Huele a jabón de ropa, mezclado con menta y algo más. El solo alza una ceja, me mira y se ríe – ¿Qué es tan gracioso?
-Tu –me dice –mira muñeca, como te dije no estoy de humor.
Fue cuando conocí a Trevor.
-Se nota que me prestas atención –me dice mi amiga –Lara, ya llegamos al colegio y en todo el corto camino, literalmente, estuviste en Laralandia –Lily me mira con los brazos cruzados.
-Lo siento Lily, yo… –me interrumpe.
-Trevor –me dice y yo frunzo el ceño y ladeo mi cabeza.
-¿Qué? –le digo completamente confundida.
-Estás pensando en Trevor –odio que me conozca tan bien.
-No –le digo pero sé que ella no me cree.
-Si, como digas, pero después no digas que no te lo advertí –ella sigue caminando dejándome en silencio y pensando en las últimas palabras de Lily. Esto es estúpido.
Camino más rápido para llegar hasta su lado. Lo hago, pero nadie dice nada. Entramos a la escuela y nos dirigimos a nuestros casilleros. Seguimos caminando hasta que Lily para de golpe y toma mi mano derecha haciendo que yo también pare.
-¡¿Qué mierda, Lily?! –le grito. Ella no me contesta, eso es raro. La miro y ella esta con su mirada totalmente puesta en Andrea, es la chica nueva, va en mi clase de Filosofía. Es buena persona y muy, muy hermosa.
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HAZME PECAR
RomanceÉl siempre estuvo sin que ella lo supiera. Él regresó para hacerle recordar, porque no sólo él la necesitaba, sino los del grupo igual. Tal vez ambos necesiten recordar como solían pecar, pero las cosas tienen que ser como antes: lento, paso por pas...