Capítulo 3

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Después de dejar mis cosas en la casa de Lily, nos dirigimos específicamente: a la nada. Mientras vamos avanzando Lily va con una sonrisa en la cara y yo de seguro parezco tensa y lo estoy, realmente.

-¿Puedes decirme, por lo menos, a dónde vamos? –le digo rompiendo el silencio.

-Ya te lo dije –Lily ni si quiera me mira.

-Me dijiste que vamos a unas malditas carreras ilegales, solo eso.

-Bien, ¿Qué más quieres saber? –me dice.

-Quiero saber en dónde va a ser, eso quiero saber –sigo mirándola, Lily solo sonríe y me mira.

-Son unos 10 kilómetros más y listo –y vuelve su mirada a la carretera.

-¿Solo? –Digo – ¡estamos en la nada, Lily! –alzo mi voz.

-Tranquila, mujer. Sé a dónde vamos.

-No me queda duda de ello, pero Lily –respiro y me tranquilizo –estamos en la nada, son las –miro el reloj –once de la noche y me estas llevando a quien sabe dónde, para que estemos viendo a unos cuantos autos correr en línea recta porque están apostando unos cuantos dólares y su jodido orgullo.

-Lara, mira, si solo fuera para eso ni loca te llevara allá, pero Lara, esas carreras son una locura, no son las típicas, hay alcohol por doquier, música a todo volumen, hay emoción, hay chicos guapos, lo que necesitas –me mira por unos segundos con una sonrisa que por poco y no le cabe en la cara, para luego volver a la carretera –y te des estresas un poco.

-Mañana tenemos escuela –le digo.

-Y vamos a ir a la escuela.

-¡Vamos a llegar cansadas! –le digo frustrada.

-Pues bien, se supone que somos jóvenes –la miro con una ceja alzada.

-Sí, somos jóvenes ¿y qué? –cruzo mis brazos.

-Bien, tenemos energía de sobra.

-Claro, en especial tú, Lily –digo con un notable sarcasmo – ¡Por Dios nadie tiene energía para ir a la escuela!

-Es cierto, pero nos va a tocar por lo menos tener un poco para mañana.

-No deberíamos ir –digo ahora viendo por la ventana.

-Pues qué pena, ya mismo llegamos –me dice y con eso deja muy en claro que no hay más discusión.

El horizonte, la oscuridad y las pocas luces de los autos que pasan por esta carretera hacen que mi idea de no venir aumente en un cien por ciento. No es nada bueno que dos chicas de diecisiete años estén a estas horas en esta carretera, y  completamente solas.

Lily sigue avanzando y yo sigo nerviosa. Fijo mi vista en la carretera y diviso un poco de luz que, a medida que vamos avanzando, la luz se hace más potente y más clara.

-¡Hemos llegado, Lara! –me dice con emoción.

-No te emociones tanto, Lily –le digo y me muerdo el labio, aún sigo creyendo que no es lo correcto.

Veo un montón de gente al lado derecho e izquierdo de la calle, hay autos por doquier, hay muchas luces de todos los colores habidos y por haber. Al lado derecho de la carretera hay una gran multitud de personas, la música hace que los vidrios del auto de Lily vibren.

Lily estaciona su Mustang al lado derecho junto a otro Mustang realmente igual al de ella.

-Bien es hora de disfrutar esta noche –me dice y ella baja del auto. Esta chica algún día va a volverme loca.

HAZME PECARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora