Capítulo 35

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-Te quiero.

Me muevo un poco y vuelvo a acomodarme para seguir durmiendo. Escucho una risita.

-Es hora de levantarse -susurra Trevor.

Abro mis ojos lentamente, y aun está oscuro. Frunzo el ceño y dirijo una mirada asesina hacia Trevor.

-Aún está oscuro -digo molesta- es el jet lack -vuelvo a cerrar los ojos.

-No es el jet lack, estamos más de tres días aquí -dice él, siento sus dientes en mi labio inferior y mágicamente estoy despierta- son las cinco de la madrugada -abro mis ojos de par en par.

-¿¡Por qué coño me levantas a estas horas!? -grito. Diablos, es muy temprano.

-Porque sino, no vamos a llegar a tiempo al lugar que quiero llevarte -a pesar de la oscuridad, la pequeña lampara deja deslumbrarme con sus ojos azules. Me pierdo en ellos.

-¿Cuánto tiempo tengo para alistarme? -susurro, me sonríe y sus ojos reflejan eso. Mi corazón se hincha de la felicidad.

-Una hora -yo asiento, me acerco para besarlo pero él se aparta. Frunzo el ceño.

-¿Qué rayos? -susurro. Veo como sonríe, es esa sonrisa pícara.

-Tengo que vestirte -se muerde el labio inferior. Aumentan mis ganas de besarlo.

-Puedo hacerlo sola -digo, me rindo y rozo mis labios con los suyos, Trevor no se aparta, me responde, posa sus labios sobre los míos, los muerde un poco, los saborea y yo disfruto todo lo que él pueda darme. Se separa de mi con una última mordida.

-No, señorita, ese es mi trabajo -frunzo el ceño y me encojo de hombros. Trevor me sonríe y se aleja, cierro mis ojos, escucho que abre algunos cajones.

-Espero que elijas algo sexy -digo y sonrío.

-No quiero que cojas una pulmonía por andar sexy -su aliento en mi oído hace que tiemble completamente.

-¿A dónde vamos? -susurro.

-Ya verás, ahora, arriba, señorita -Trevor me levanta y comienza con su "labor"

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-¡Madre mía! -susurro y abro mucho mis ojos.

-Es hermosos, ¿verdad? -siento sus ojos en mi, pero por primera vez, no quiero verlo, no quiero ni parpadear. No todos los días ves esto.

-¿Podrías repetirme el nombre? -escucho la risa de Trevor, esta vez sí lo miro, ¡está tomándome fotos! -¡Hey!

-No podía aguantarme las ganas -me dice y pone un puchero. Muerdo mi labio inferior, me acerco y le doy un pico.

-Dime -miro sus ojos, mis favoritos en todo el mundo.

-Quilotoa -amo cuando habla español. Realmente lo hago.

Dejo de mirarlo sólo porque el paisaje que tengo frente de mí es alucinante. Según el instructor, estamos en el cráter de un volcán inactivo, en este hay nada más y nada menos que una laguna, pero los colores de la laguna, más las montañas que hay alrededor y el clima, y la vegetación y sus habitantes... tener esto, sin duda es suerte.

-Sigamos bajando -lo miro y guarda su celular. Toma mi mano y ambos bajamos por el camino de tierra.

Hace frío, pero es soportable, vemos a varios turistas admirando el paisaje. Los entiendo. No todos tenemos la suerte de tener esta clase de paisajes en nuestros respectivos países. Seguimos caminando y yo saco mi celular, tomo algunas fotos de la laguna, le pido a una señora que nos tome a Trevor y a mi una foto, con el fondo de la laguna, obvio. Aprovecho tomando una que otra foto a Trevor. Él es hermoso.

HAZME PECARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora