-No sé cómo reaccionar, ¿entiendes? –Yo muevo mi cabeza de un lado al otro, negando –es cierto, aun no encuentras al príncipe negro –Lily pasa sus manos por la cara, frustrada.
-No, no te entiendo, pero lo que si entiendo es que tú, querida amiga, tienes una presa muy difícil, eso es lo que entiendo –ella bufa y yo rio.
-Pero ella es… –se queda callada por un instante –rara –me rio, ella me mira y me lanza el cojín del sofá.
-¡Oye! –Le tiro el mismo cojín –ella no es rara. Solo que la pobre es un poco lenta.
-¿Lenta? ¿Hablas en serio? –ella ríe mientras yo asiento.
-Andrea ni siquiera tiene idea de que a ti te gustan las mujeres, tiene un novio del cual no está enamorada, con todo eso, y tú, Liliana Paola Craft Army, le dices rara –tomo su mano y la aprieta –solo dale tiempo, de verdad ella lo necesita.
-Voy a intentarlo –ella aprieta de nuevo mi mano –pero por Dios Lara, ella es especial, ¿entiendes? –yo sonrío, es la primera vez que Lily esta así por una mujer.
-Lo hago, pero dale tiempo, ¿sí? –Ella solo asiente –bien, ahora vamos a hacer la tarea –me levanto y ella protesta.
-¡Lara! –grita mi nombre, yo sonrío mientras ladeo mi cabeza, esta mujer me va a sacar de quicio.
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-¿Y bien? –Mi mamá me mira frunciendo el ceño – ¿Cómo estas con Roberth? –a mi madre le brillan los ojos. Eso es la cosa más tierna que he visto.
-Muy bien –me dice mientras sonríe y se sonroja.
-Me gusta Roberth –le digo y ella me mira sacando sus ojos como plato.
-¿En serio? –Solo asiento – ¿no te molesta que salga con otro hombre?
-No entiendo de donde sacaste eso, pero no, no me molesta, al contrario, me alegra. Por Dios mujer, solo mírate, eres demasiado bella como para desperdiciar –sonrío, mamá toma mi mano.
-¿Y tú? –Aprieta mi mano – ¿algún chico? –me ruborizo y por mi cabeza pasan las pocas escenas que Trevor y yo hemos tenido.
-Mamá, yo… –no encuentro palabras, ella ríe y asiente.
-Con que si hay un chico –no hace falta la respuesta por mi parte, simplemente ella ya lo sabe – ¿es tu amigo? –frunzo el ceño –con tu amigo que me dijiste, cuando venias a casa –solo asiento, mamá suelta mi mano y grita, hace que salte por el pequeño susto, no esperaba una reacción así.
-Mamá –trato de callarla, pero es imposible –mamá –vuelvo a decirle y rio un poco, esta mujer está loca.
-¿Es guapo? –pregunta, mientras se coloca a mi lado.
-¡Mamá! –grito.
-Es cierto, obvio que debe ser guapo, mi hija es hermosa, por lo menos mi yerno debe ser guapo –saco los ojos como plato – ¿Cuándo puede venir a casa? –siento que me pongo roja.
-Mamá ni siquiera somos novios –le digo –somos… –ni siquiera sé lo que somos.
-Amigos, lo sé –dice mamá interrumpiendo –pero igual quiero conocer a mi próximo yerno –ella esta seria. Miro al techo ¿Dios, por qué no me diste una madre normal?
-Mamá yo… –el timbre suena, suspiro y mamá va hacia la puerta. Me recuesto en el sillón, pongo mi brazo en mis ojos.
-¡Lara! –Escucho a mamá gritar, quito mi brazo de mis ojos y la veo correr hacia mí con una sonrisa – ¡Lara! –la miro con el ceño fruncido, estoy segura de que voy a quedarme paralizada con mi ceño.
-¿Qué pas… –pero mamá me interrumpe
-¡Hay un chico guapísimo afuera y está preguntando por ti! –me rio.
-¿Un chico guapísimo? –le pregunto, ella asiente rápidamente, parece una colegiala.
Me levanto del sofá y mientras me voy acercando a la puerta trato de buscar en mi cerebro cualquier chico guapísimo. Abro la puerta y mi mandíbula se abre de golpe.
-¿Qué haces tú aquí?
-Quería verte –su voz hace que tiemble.
-¿Verme? –este hombre está loco.
-Sip, verte –me sonríe de lado y me derrito.
-Lara espero que lo hagas pasar –escucho a mamá decirme.
-No, mamá –digo y ella bufa.
-¿Te das cuenta lo tarde que es?
-No contestabas al celular –se encoge de hombros –así que decidí venir a verte.
-Se está cargando –explico.
-Bien –ambos nos miramos, es demasiado alto para mí. El color azul de sus ojos realmente me hipnotiza, posa una mano en mi mejilla, amo ese simple gesto.
-Trevor deberías irte
-No quiero
-¿Por qué no?
-¿Qué me hiciste? –pone su frente junto a la mía. Nuestras miradas siguen conectadas.
-No te entiendo.
-Ni yo –ambos reímos.
-Esto es estúpido.
-Mucho más que eso.
-Te tienes que ir –le digo muy a mi pesar.
-¿Es eso lo que quieres? –ahora pone su otra mano en mi mejilla.
-No –y me besa, sus labios encajan con los míos. Son dulces, perfectos. Hacen que toda mi piel se erice, escucho que mamá gritar y ambos nos separamos. Trevor se ríe y yo siento el color carmesí en mis mejillas.
-Creo que mi suegra nos vio –le doy un golpe en su brazo y el ríe aún más.
-Ni si quiera somos algo, Trevor –alzo mi ceja, golpe bajo amigo.
-Tienes razón.
-Nada de suegra ni yerno –me doy vuelta y abro un poco la puerta.
-Pero eso no significa que no podamos ser algo –su voz hace que pare de inmediato. Mi corazón late a mil por hora.
-No lo creo –escucho sus pasos acercase.
-¿Estas segura? –su aliento y su perfume hacen que realmente pierda la conexión cerebro-lengua.
-Yo… no lo sé –con eso abro totalmente la puerta y la cierro, me pego a esta y me siento en el suelo. ¿Qué está pasando?
Frustrada me levanto del suelo y me dirijo a las gradas, necesito ir a mi cuarto.
-Me gusta –mamá comienza a hablar pero yo sigo subiendo –aunque necesita ayuda –me paro en seco –se nota que necesita ayuda, está roto.
-No lo creo –doy media vuelta y la veo –él está bien.
-De eso no hay duda, pero Lara, no estoy hablando de algún daño físico –frunzo el ceño –Lara, él te necesita.
-Mamá, Trevor y yo no somos nada.
-Ese beso no fue nada –bufo y sigo subiendo –lo único que te digo Lara es que pienses bien las cosas –mamá sube las escaleras hasta llegar a mí –no siempre va a ser fácil, él es un chico que solo necesita luz, y tú, para bien o para mal, eres su luz –mamá me da un beso en la mejilla y sigue hasta su habitación.
¿Soy su luz?
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HAZME PECAR
RomanceÉl siempre estuvo sin que ella lo supiera. Él regresó para hacerle recordar, porque no sólo él la necesitaba, sino los del grupo igual. Tal vez ambos necesiten recordar como solían pecar, pero las cosas tienen que ser como antes: lento, paso por pas...