Capítulo 38

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Luego de tres días teníamos a más de cien personas, tres camiones llenos de armas y una caja llena de pasaportes, cédulas de identidad y dinero, mucho dinero.

Puedo decir que me siento tan confundida y engañada. Ni siquiera puedo recordar mi pasado.

Tengo un hermano, lo recuerdo, pero lo demás, a Trevor, a los chicos, a mi misma, nada. No hay nada. Es cierto que uno que otro sueño. Recuerdos, pero ya.

Quiero que sea eso típico de las películas. Eso que en un día ya recuerdan todo y viven felices por siempre. Quiero eso, pero seamos realistas.

Decir que quiero esto, es poco. Lo anhelo. Por mi, por Lily, por los chicos, por todos.

En todo este tiempo Trevor ha estado conmigo. Apoyándome. Ambos de hecho. Es ese hombre que siempre quise. No es perfecto, pero, ¿quién lo es?. Cada persona encuentra a su pareja indicada en el momento indicado. Solo hay que esperar.

Me levanto de mi cama y dejo a Trevor dormir un poco más. Él es hermoso.

Su cabello castaño y ondulado, esas pestañas largas que rozan sus mejillas. Sus labios, oh Dios, esos labios, pero lo que sin duda roba mi aliento, son sus ojos, esos ojos que hacen que me pierda. Ojos azul color cielo. Ojos que ven mi alma.

Salgo del cuarto en puntillas. Cierro la puerta y bajo las escaleras.

Grandes ventanas de piso a techo me reciben. El sol recién esta tratando de salir. Con quien sea que hayamos hablado saben cumplir su palabra. Esto es lujo en estado puro.

Y no me siento cómoda con ello. Hay una parte en mi que se familiariza con estas cosas, la otra simple y sencillamente lo detesta.

¡Tengo miedo de disparar a alguien!

Pego mi frente a la gran ventana, ya no me asombra ver el London Eye, al fondo.

-¿Quién diablos eres, Lara? -me digo.

Me pongo recta y doy media vuelta. Tengo hambre.

Hago el desayuno y me siento a comer mi porción, cuando término lavo los trastes, y dejó en el microondas el desayuno de Trevor.

Voy a la habitación, Trevor sigue durmiendo. Me cambio de ropa y salgo.

Voy a hacer un poco de ejercicio. Lo necesito, mi cuerpo lo necesita.

Salgo del mega edificio y comienzo a trotar, me pierdo un poco en mis pensamientos mientras lo hago.

Lily viene a mi mente. Aun no puedo creer que ya no esté conmigo. Se siente tan irreal.

Ahora corro, corro hasta que me duelen los músculos de las piernas, mis pulmones arden y siento toda mi ropa mojada.

Me gusta esta clase de dolor. Me siento más relajada, con energía y con hambre.

Vuelvo al gran edificio más tranquila.

Entro al departamento sigilosamente. Escucho que se mueven algunas cosas en la cocina. Sonrio.

Ya era hora de que Trevor se levante.

Cuando voy a entrar a la cocina, veo a alguien con pasamontañas.

MIERDA.

Mi memoria comienza a recordar en donde están algunas armas.

Todas están lejos de mi.

MIERDA.

Del pasillo veo a Trevor, él me mira y trata de acercase a mi.

Alzo mis dos manos. Él se detiene. Muevo mis cabeza hacia la izquierda.

Entonces volvemos a escuchar que algunas cosas se mueven en la cocina.

Es un novato.

Escuchamos pisadas y ambos nos pegamos a la pared. Miro al frente. Mi respiración se acelera.

Un arma sale primero, no es tan novato después de todo. Por instinto, tomo el arma y comienzo a desarmarla en tiempo récord y Trevor aprovecha para derribar al pobre hombre.

Corro a la habitación y sacó dos armas del cajón.

Cuando regreso Trevor esta sobre el individuo de pasamontañas.

-Novatos -dice Trevor, yo asiento.

-¿Por qué novatos? -Trevor se encoge de hombros

El sujeto se mueve pero Trevor aprieta más su agarre.

-¿Cómo rayos saben que estamos aquí? -Trevor vuelve a encogerse de hombros.

-Pero tenemos que irnos -Trevor habla. Rompe el cuello del pobre hombre y se acerca a mi.

Esa es la parte que aún no me acostumbro.

-Armas, el dinero, los pasaportes, cédulas -asiento y voy a por ello.

Entro al cuarto de estudio, pongo la clave de la caja fuerte y tomo toda la caja, también tomo la llaves de algún auto.

Salgo y Trevor esta con su celular dando órdenes a quien sabe quien. Toma mi mano y ambos salimos del departamento.

**

-Creo que deberíamos atacar, ya -asiento en acuerdo con Ryan.

-Eso quiere él.

-¿Quién él? -digo- ¿Martin él o El Jefe él?

Trevor me mira. Yo busco las respuesta en los ojos de Trevor, respuesta que no consigo.

-¿A qué estamos esperando? -pregunto. Todos se encogen de hombros.

-No es algo que deberíamos hacer de la noche a la mañana.

-¡No es algo de la noche a la mañana! -pierdo los estribos- ¡Llevamos tres días en esto! ¡Tres jodidos días, repasando una y otra vez el plan! ¡Una y otra vez limpiando armas, verificando personal, cambiando de identidad! -aprieto la mesa que tengo delante de mí y trato de tranquilizarme- No entiendo porque nos mandan un novato, pero si eso no es una señal de que tenemos que matar a Martin, no sé que más pueda ser. Si no quieres participar en esto, esta bien -le digo específicamente a Trevor- pero yo, esta noche, voy a cortar algunas cabezas -doy media vuelta y me largo.



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